Desde 2023, miles de personas migrantes —tanto solas como en familias— comenzaron a asentarse en campamentos irregulares en distintos puntos de la Ciudad de México. Este fenómeno se ha presentado en distintos lugares como la colonia Vallejo por su proximidad al albergue Cafemin, la plaza Giordano Bruno contiguo a las antiguas oficinas de la Comar, la Terminal de Autobuses del Norte, y la Plaza de la Soledad, entre otros. Las principales causas han sido el rezago y la prolongada espera para trámites de refugio ante la Comar, así como la limitación geográfica impuesta por Estados Unidos, que obligaba a quienes solicitaban refugio mediante la aplicación CBP One a permanecer en la Ciudad de México mientras esperaban sus citas. Aunque varios de estos campamentos han sido desalojados, el de Vallejo tiene aún cientos de personas migrantes viviendo en condiciones precarias junto a las vías del tren.

Tras diversas visitas y acciones como ferias de atención integral llevadas a cabo por la Coordinación de Movilidad Humana del gobierno de la CDMX en la zona, el pasado fin de semana, acompañados por la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, el gobierno capitalino inicio un operativo de reubicación voluntaria desde el campamento en Vallejo hacia albergues temporales que cuentan con servicios médicos, psicológicos, jurídicos y acceso a alimentación, además de ser de puertas abiertas. Sin embargo, hasta el momento, son pocos quienes han aceptado trasladarse. Muchos se resisten al cambio por malas experiencias previas en albergues, donde dicen no tener libertad, que separan a hombres de mujeres, o por los rumores de que los van a maltratar, detener y trasladar a Tapachula.

En este contexto, guiados por el Instituto Federal de Defensoría Pública, 91 personas migrantes solicitaron y obtuvieron la suspensión provisional de actos tendientes a su traslado forzoso. El Juzgado determinó que el traslado no deberá llevarse a cabo hasta que la propuesta de alojamiento humanitario se presente de forma voluntaria y planificada. Esto dificulta una solución viable, pues no basta con que la oferta de alojamiento sea adecuada y respetuosa de los derechos humanos de migrantes, sino que se requiere la voluntad expresa de estos. Parece perderse de vista que lo más importante es el bienestar de las personas en movilidad, ¿en qué lugar las personas migrantes están mejor y corren menos riesgos?

La escena en la colonia Vallejo de la Ciudad de México es ya conocida: casas improvisadas de madera y plástico, niños corriendo entre las vías del tren y adultos que, tras largas jornadas de trabajo informal y subremunerado, regresan a un lugar que apenas los protege de la lluvia o el crimen. Las condiciones del campamento evidencian una situación crítica: un incendio en diciembre de 2024 expuso la vulnerabilidad de sus habitantes, entre ellos menores, mujeres embarazadas, personas mayores y con discapacidad, que viven en condiciones insalubres y peligrosas. A esto se suman hechos de violencia y abusos que, por miedo o desconfianza, suelen quedar sin denunciar.

Además, la situación en la colonia Vallejo ha generado tensiones entre la población migrante y la local, provocando una colisión de derechos. Proteger a las personas migrantes, en especial a niñas, niños y adolescentes, es una responsabilidad legal y ética, ya que forman parte de un grupo vulnerable. Garantizar sus derechos humanos es clave para asegurar su bienestar, dignidad y seguridad durante su tránsito o permanencia. Pero su protección no debe implicar un menoscabo al interés social ni al orden público, pues los derechos de quienes habitan la zona también deben ser respetados. Es fundamental que las autoridades encuentren soluciones equilibradas que no vulneren los derechos de unos para proteger los de otros.

La estancia en campamentos o albergues migrantes debe entenderse como una medida temporal, mientras se resuelve la situación migratoria de las personas. Más allá de las diferencias entre la Defensoría, que defiende el derecho de los migrantes a no ser reubicados sin su consentimiento, y las autoridades locales, que buscan su reubicación, es fundamental avanzar hacia soluciones duraderas como la regularización migratoria y la inclusión laboral, permitiendo que las personas en movilidad vivan con dignidad y puedan integrarse activamente a la sociedad.

@EuniceRendon

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS