Seguramente varios de ustedes se estarán preguntando: ¿qué es ZUFFA Boxing?
Bien, se trata de la nueva promotora presidida por Dana White, el genio creador del modelo de negocio de la UFC. Esta compañía llega respaldada por toda la estructura del emporio de artes marciales mixtas y además, con el apoyo incondicional de Turki Alalshikh. En pocas palabras, hay poder y billete.
Como todo en la vida, ZUFFA Boxing tiene cosas buenas y malas, pero lo que es cierto es que su postura no es tibia. Son frontales, firmes e incluso, antes de organizar su primer evento —programado para principios de 2026— ya sacudieron al mundo del boxeo al anunciar que no reconocerán a los organismos sancionadores: ni la AMB, ni el CMB, ni la OMB, ni la FIB. Es decir, buscan implantar el modelo de la UFC, pero en el boxeo.
Para explicarlo mejor, hagamos una analogía. El Karate-Do es japonés y le da la misma importancia a los puños como a las patadas. El Tae Kwon-Do, en cambio, es coreano y privilegia el pateo. A simple vista parecen muy similares. En ambas disciplinas se pelea, se utilizan técnicas de defensa y ataque... Y hasta visten uniformes blancos, pero ahí radica la diferencia: en el karate se llama karate gi y en el taekwondo dobok.
Aunque por fuera se parecen, en esencia —en reglamento, en filosofía y hasta en su proyección internacional— son muy distintos. El taekwondo es deporte olímpico y el karate no.
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Lo mismo sucede con la UFC y el boxeo. En la primera, Dana White controla todo: contratos, cinturones, acuerdos televisivos, patrocinios. No hay organismos externos que sancionen. Todo gira bajo un solo criterio: el suyo. Y hay que reconocerlo, ese orden les ha permitido crecer de forma exponencial.
Pero el boxeo es distinto: es un monstruo rabioso de mil cabezas. Sin unidad, sin orden, con intereses individuales que han provocado que el deporte viva atrapado en viejas mañas. Siempre he dicho que, si el boxeo se uniera, sería tan poderoso como la NFL, pero en este deporte suele aplicar aquello de "primero yo, después yo”.
Si Dana White realmente quiere hacer historia en el boxeo, deberá negociar y no imponer. La tradición de los cinturones, con más de cien años en algunos casos, no se puede borrar de la noche a la mañana, pero también es cierto que los organismos necesitan innovar y sobre todo, poner a los mejores contra los mejores. De lo contrario, seguirán perdiendo reconocimiento porque —si los rankings no se respetan— la gente tampoco respetará los cinturones.
Desde el fondo de mi corazón espero que ZUFFA Boxing y el rancio boxeo encuentren un acuerdo. Porque si algo ha demostrado la UFC es que sabe hacer negocios: acaban de firmar un contrato televisivo por 7.7 billones de dólares en siete años. Y mientras HBO, Showtime y ESPN se bajaron del ring, la UFC sigue creciendo.
Que ZUFFA no llegue al boxeo de manera amenazante. Aquí todavía hay gente con buenas ideas, con pasión por el deporte y con disposición al cambio. La diferencia es que pedimos hacerlo de la mano… Y no de la greña.