He cubierto prácticamente toda la carrera de Canelo, desde sus inicios en México, hasta su consolidación en los Estados Unidos.
De manera anecdótica, les cuento que allá por 2006 tuve una conversación familiar con Daniel Vázquez Vela, en la que le comenté que había un chamaco pelirrojo de Jalisco que pintaba para ser el siguiente rostro del boxeo mexicano… y del boxeo mundial.
En aquellos ya lejanos ayeres, tuve la oportunidad de narrar los inicios de la carrera de Santos Saúl Álvarez Barragán, en un canal llamado CaribeVisión, propiedad del “Güero” Burillo.
Ahí, por cierto, combinábamos las narraciones boxísticas con los partidos del Atlante. De hecho, me tocó narrar para varios territorios de los Estados Unidos el campeonato de “Los Potros de Hierro” ante Pumas en el Apertura 2007, con figuras de la talla de Federico Vilar, Javier Muñoz, Gabriel Pereyra, Christian “Hobbit” Bermúdez, Andrés Carevic, José Daniel “Chepe” Guerrero y Giancarlo Maldonado, todos dirigidos magistralmente por José Guadalupe “El Profe” Cruz.
Lee También La pelea del Canelo Álvarez no se verá en vivo en televisión abierta
Les comparto otra anécdota de esa época: estaba en los baños de CaribeVisión, previo a un partido del Atlante, cuando de repente entró el “Güero” Burillo. Se instaló en el mingitorio contiguo al mío y, de forma firme, me dijo:—Te encargo mucho que hagas buen trabajo narrando a mis Potros… y por ahí me enteré de un chamaco pelirrojo que boxea muy bien y pinta para grande. Ahí te encargo todo.
Les juro que me temblaron las piernas. El dueño del canal en el que trabajaba en Miami —y dueño también del Atlante— acababa de advertirme que iba a ver el juego por televisión... ¡y no quería errores! ¿Se imaginan la presión que sentí?
Afortunadamente, el Atlante ganó y se instaló en la siguiente fase, eliminando a mis Chivas. Claro que Burillo nunca supo que esa noche yo iba en contra de su equipo.
Lee También Equipo de España pretende a joven promesa del Cruz Azul
De esas épocas recuerdo bien las victorias de Canelo ante “El Títere” Vázquez, el bestial nocaut que le propinó a “El Mazatleco” Fitch, en el primer episodio, y la contundente victoria por nocaut ante el potosino Michel Rosales por el cetro welter NABF, entre otros combates que me hicieron saber que Canelo Álvarez pintaba para estrella… y no me equivoqué.
Conquistar las divisiones de 154, 160, 168 y 175 libras era, sin duda, algo cercano a lo imposible para el boxeo mexicano, por el biotipo de nuestra raza. Con el agravante de que Canelo es chaparrito para esas divisiones. Pero la mentalidad y el corazón se miden hacia arriba de la cabeza. Y eso es justamente Canelo: un chamaco humilde que soñó en grande.
Canelo está a horas de subirse al encordado para enfrentar al cubano William Scull, monarca supermediano de la FIB. Álvarez ostenta los otros tres cinturones: CMB, AMB y OMB. Sólo le falta uno para conquistar, por segunda ocasión, de manera indiscutible las 168 libras. Por eso este combate es tan importante para el oriundo de Jalisco.
Lamento profundamente que, debido a una descortesía del equipo de relaciones públicas del gran campeón mexicano, no pude conversar con Canelo como lo he venido haciendo durante su exitosa carrera. Sin embargo, entiendo que Canelo no debe estar enterado.
Canelo siempre ha agradecido profundamente el apoyo de sus paisanos. Y, como hoy escribí de manera anecdótica, me uno a los mexicanos que celebramos el éxito de otros mexicanos… vaticinando un nocaut del Canelo en Arabia Saudita.