No puede haber paz, si no hay justicia social. Este fundamento teórico y filosófico, guía de la Cuarta Transformación para gobernar, pone en el centro de las políticas públicas a los más necesitados.

En tan solo un año de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la violencia retrocedió marcando una tendencia alentadora. Los resultados presentados por el Gabinete de Seguridad muestran una baja en la incidencia delictiva, en específico, el homicidio doloso que disminuyó 32%. Si comparamos septiembre de 2025, en el que el promedio diario fue de 59.5, con septiembre de hace una década, que registró 72.1 homicidios dolosos, observamos que ha sido el menos violento en diez años.

23 entidades federativas han logrado disminuir sus índices de violencia y Estados históricamente afectados por la violencia como Guanajuato, Estado de México, Sinaloa, Jalisco, Nuevo León y Guerrero reportan caídas superiores al 50 % en sus promedios diarios.

Estos avances responden a una estrategia que combina inteligencia, coordinación y acción territorial. Todos los días, desde las seis de la mañana, la Presidenta de la República dirige personalmente el Gabinete Nacional de Seguridad integrado por la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Seguridad, la Defensa Nacional, la Marina, la Guardia Nacional y la Consejería Jurídica que presido, para garantizar un mando unificado y tomar decisiones basadas en datos y estrategia.

Pero combatir la impunidad no lo es todo: hay que atender las raíces de la violencia. Por esto, la reducción de los homicidios se acompaña de una disminución del 46% en delitos de alto impacto y del 48% en robo de vehículo con violencia respecto a 2018.

Además, la Estrategia Nacional Antiextorsión ha logrado detener a 386 extorsionadores y registrar un incremento del 85% en las denuncias al 089, lo que refleja mayor confianza ciudadana. Por su parte, la reciente reforma constitucional aprobada y promulgada en materia de extorsión, le permitirá al Congreso emitir leyes generales para homologar penas y sanciones de este delito que afecta a miles de familias.

La pacificación del país es hoy una tarea que se sostiene en la confianza, la inteligencia y la cooperación entre instituciones. La creación del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia, la consolidación de la Guardia Nacional y el nuevo marco legal para combatir el tráfico de fentanilo y la extorsión, son engranajes de una política de Estado que se mide en cifras, en vidas salvadas y en bienestar para la recuperación del tejido social.

La presidenta lo ha reiterado: la seguridad es un derecho y la paz, una construcción colectiva. Este primer año demuestra que atender las causas, tal como lo hizo el presidente López Obrador desde 2018, es el camino para garantizar una paz duradera. Se trata de reducir delitos y de reconstruir el bienestar social, de garantizar que se viva sin miedo, que cada niña y mujer, que cada joven, adulta, adulto, comerciante, profesionista, empresarios pequeños y medianos puedan ser libres, con un futuro viable.

La reducción histórica de homicidios dolosos es el inicio del camino hacia una paz duradera. Está siendo posible, con la primera mujer presidenta de México.

Consejera jurídica de la Presidencia

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