El debate de las semanas recientes sobre el sobrevuelo de aviones estadounidenses y misiones encubiertas con drones MQ-9 Reaper en territorio nacional ha dado pie a que se avance en un tema que es de vital importancia para el diálogo entre los gobiernos de Estados Unidos y México, que es la coordinación entre ambos países para combatir a la delincuencia organizada.

La filtración que realizó el gobierno de Trump a medios norteamericanos sobre aviones espías y drones debemos leerlo como un claro mensaje hacia la delincuencia, que forma parte de una serie de acciones que han venido anunciando pero de las que es importante que nosotros como país las conozcamos de manera clara de parte de nuestro gobierno, no a través de los periódicos o las redes sociales.

Esta situación tuvo inicio a principios de mes cuando se supo de la presencia del portaaviones USS Nimitz cerca de las costas de Ensenada, Baja California. El gobierno mexicano negó que hubieran ocurrido tanto vuelos de aviones espías como operativos de drones en la frontera, hasta que tuvo que reconocer que sí han ocurrido y que forman parte del trabajo de coordinación que se realiza entre ambos gobiernos.

Esta aclaración es importante porque más allá de las declaraciones que se realizan todos los días desde Estados Unidos, nos permite conocer que existe una relación institucional de cooperación entre ambos gobiernos, lo que sin lugar a duda es muy bueno porque refleja la intención de concretar acuerdos.

Ahora que se hizo pública la designación de los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas, se abre un nuevo capítulo en el combate a estas bandas de delincuentes, porque habrá acciones en ambos lados de la frontera, sobre todo en el tema de lavado de dinero y en la venta de armas. Esta clasificación tiene impacto directo porque las sanciones que el gobierno norteamericano contempla a sus ciudadanos son muy severas a quienes formen parte de redes de apoyo a este tipo de organizaciones. Aquí entra el tema del armamento que poseen y que todos sabemos que adquieren en EU.

Lo que es claro es que el gobierno de Donald Trump no es mago. Las situaciones que él ha planteado no se van a solucionar de manera mágica. Está demostrando sus habilidades de negociación y al mismo tiempo está tomando decisiones que permitirán combatir el tráfico ilegal de drogas a su país.

Esto es simple y claramente cooperación entre ambos países, una cooperación que además se da entre dos importantes socios comerciales y en la que se deben priorizar por ambas partes el bien superior de la población.

Anteriormente se han dado episodios lamentables en el tema del combate al narcotráfico, como fue el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, en 1985. A la fecha, ese agravio no se ha olvidado, sobre todo porque no hubo disposición de cooperación por parte de las autoridades mexicanas para aclarar su muerte.

Que bueno que ahora el gobierno de México acepte que hay cooperación entre los dos países en materia de seguridad y combate al narcotráfico, porque eso ayudará a las negociaciones que habrá en el tema de los aranceles y en la próxima negociación del TMEC.

Senador de la República y Vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PAN

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