Tres importantes personajes. Tres grandes errores. Sincronizados. Para mostrar, en pocas horas, que no saben dónde se halla el país. A dónde ha sido llevado. Verborragia. Ilusiones. Tiempo perdido.

Claudio X. González Guajardo, Jorge Romero Herrera y Ricardo Benjamín Salinas Pliego, pueden seguir soñando.

Mientras, el personaje que eventualmente quisieran representar. Protagonizar. Ver encarnado en algún favorito algún día, emerge suave. Natural. Discreta. Subliminalmente. Con todo el potencial para hacer lo que a ellos seguramente no les está ni les será dado.

Los años de lucha de Claudio X. González Guajardo son laudables. Dignos de reconocimiento. Su crítica sistemática. Objetiva. Fundada. Oportuna al poder constituido, formulada por años, fue necesaria. Pertinente. Aportadora indiscutible a la efímera. Frustrada democracia mexicana.

Sin detenerse por incomodar a los poderosos. Enfrentando las consecuencias, su presencia y su activismo alimentaron y dejaron testimonio del ejercicio de su libertad conquistada. Defendida. La más importante, que es pensar. Disentir. Opinar. Expresarse.

Su preocupación lo llevó a concertar. Unir. Impulsar reiteradas. Importantes propuestas de cambio en el ámbito político-partidista. Algunas veces subrepticiamente; otras, de manera abierta. Incuestionable. Legítima.

Empero, ni a él ni a quienes lo rodean les alcanzó para encumbrar a alguien en la titularidad del Poder Ejecutivo. La elección de 2024 fue su última oportunidad.

Poner sus esperanzas en que ésta se presentará en 2030 es un lamentable autoengaño. El partido de los tomboleros. Acordeoneros. Aboneros, ya hicieron todo para evitar la alternancia por un tiempo impredecible.

Por su preparación, sorprende que Claudio X. González Guajardo no sea capaz de ver. Reconocer cómo los nuevos ricos del morenismo han ajustado la Constitución para que todo se mire legal, aunque sea ilegítimo e inmoral.

"En el 2027, es indispensable quitarle la mayoría calificada a Morena en la Cámara de Diputados para que deje de hacer la Constitución a su modo (¡ya lo hizo!), y es indispensable echarlos de Palacio en el 30", dijo en el “relanzamiento” del PAN.

Inobjetable el propósito. Inalcanzable la propuesta. Patente lo que Morena ha hecho. Lo que ya no requiere hacer. Lo que para la oposición no está a su alcance remediar. La reforma electoral será el último golpe a lo que fue la democracia en México. El futuro es la tiranía.

En esa cruda realidad es indispensable, sí, mayor sagacidad para leerla. Visión para identificarla. Trabajo en otra vertiente para cambiarla. O seguir en la ensoñación.

Jorge Romero Herrera es otro soñador. Sin bases. En el vacío. En la falta de expectativas reales. Su caso es más censurable aún porque es legislador y ha visto cómo el morenismo ha pisoteado. Violado. Ultrajado la Carta Magna. Decir, aún con eso, que el PAN es la salvación por su relanzamiento, es una ilusión.

Si él, como líder del panismo entiende que hay una última llamada para la oposición –como si el PAN lo fuera toda–, “y hoy atendemos ese llamado”, es bastante corto de entendederas.

El artificioso rebranding de su partido, que para algunos en realidad es un rehundimiento por la calamitosa situación en la que se encuentra, se reduce a un intrascendente cambio de logotipo. Su búsqueda de adeptos con una rifa es de risa.

Su discurso sigue siendo viejo. Insustancial. Repetitivo. Sus promesas y objetivos son irrealizables, como para toda la oposición, por los arreglos legales que el partido del número y la letra realizó durante los últimos años a fin de apropiarse del poder político por tiempo indefinido.

De manera directa. Reiterada, Jorge Romero Herrera ha sido señalado como jefe del cártel inmobiliario de la Ciudad de México, lo cual le quita autoridad moral para reencausar la institución que encabeza.

De sus integrantes más notables, nada qué decir. Sus trayectorias son públicas. Son las caras de siempre. Sus rostros jóvenes son un club de socialités. Nadie va a creerles sus golpes de pecho ni sus promesas de que, en nombre de la patria. La libertad. La sociedad, van a redimirse.

Ésta, con la mascarada de aquéllas, puede verse en la intención panista en dos vertientes: 1).- Su uso para seguir en la arena política. Con los privilegios en que se traduce el registro. 2).- Su desesperación por incrementar su membresía a todo costo para no caer más bajo. Arriesgar todo. Incluso su propia identidad.

“Nuestra apertura es total, así como la apertura en nuestra afiliación”, dijo Romero Herrera el fin de semana, con lo que coloca a su organización en la triste condición de pepenador de candidatos gancho y de electores bobos. Nefastos unos. Manipulables los otros.

Su premisa de tener liderazgos ciudadanos –panistas o no– en cada municipio del país, apunta claramente a que recogerá todo. Cualquier “cosa”, literalmente, que identifique como “líder”.

Igual que Morena. Sin importar preparación académica. Conocimiento de las funciones y responsabilidades públicas. Capacidades. Honorabilidad. Escrúpulos. Moral. Principios.

Sólo le faltó decir, a la manera del huachicolero de la política nacional, Andrés Manuel López Obrador, que el único requisito para ser orgulloso panista es ser 80-90% leal, y 10-20% calificado.

Sobre esas bases, el proceso de refundación del PAN podría devenir en su desaparición, pues en los muladares de la política queda poco para recoger. AMLO y Morena llegaron antes y ávidos. Hambrientos, se llevaron casi todo.

Al quitarse la máscara y dejar atrás lo que fue, sobre todo en sus inicios, el PAN se coloca en la disposición de ser un recolector de basura. Su mercado serán los “liderazgo” hechos sobre la “popularidad” y los likes. A los faranduleros de toda laya. A los youtuberos, los espera la buena suerte.

La experiencia de los falsos líderes, utilizados como anzuelos, ha producido buena pesca a los politicastros venales. Que lo diga Dante Delgado. Los lelos y los cándidos son una enorme y rica beta que seguirán explotando.

En su hipotética candidatura presidencial, Ricardo Benjamín Salinas Pliego tiene mucho que aportar en el intento de echar a los zurdos del poder, como él llama a los morenistas.

Ese es el deseo de millones de ciudadanos, considerando el desastroso desgobierno de Andrés Manuel López Obrador y su continuidad con el segundo piso que le está echando Claudia Sheinbaum sobre mentiras. Inseguridad. Corrupción.

El punto de partida de toda propuesta de cambio es el discurso. El dueño de TV Azteca lo posee. Se lo puede definir, centralmente, como contestario. Ocasional. Circunstancial. Personal. No se arredra frente al poder. Lo encara.

Pero erráticamente. Sus argumentos son considerablemente limitados. Existe la percepción de que derivan de, y se circunscriben a, su negativa a pagar los impuestos que él considera injustos.

A él sí, un rebranding que implicara el cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Un lenguaje más limpio. Decente. Respetuoso. Una actividad empática, construida más al nivel de las masas y una definición categórica sobre sus aspiraciones, podrían llevarlo a mover al país en la línea que plantea.

En este caso, no importa qué haya hecho Morena para afianzase y recrearse en el poder. Cuánto poder tenga y a cuántos recursos pueda apelar para mantenerlo.

A un pueblo indignado. Esclavizado. Explotado. Robado. Maltratado. Burlado, nadie puede detenerlo. Esa condición siempre toca una frontera.

Mas, si el dueño de Elektra no se atreve a dar el paso que pudiera llevarlo a cristalizar sus ideales, quien ya se estaría preparando para hacerlo es alguien con ventajas. Cualidades. Virtudes extraordinarias. De las que muy pocos en este país pueden ufanarse.

Esa persona es pública. Se evita su nombre ahora para no caer en el juego de la sucesión adelantada, en la que ya se promueve cualquier cantidad de especímenes. Baste decir que es joven. Preparada. Experimentada. Trabajadora. Discreta. Bienhechora. Prudente. Acaudalada.

Además, no tiene. Ni busca conflictos con nadie. Puede cohesionar a la Nación mirando a la realización de las mejores causas. Pocos, más por envidia que con razones, podrían cuestionarla.

Ante situaciones de crisis. Calamidad. Necesidad. Urgencia, siempre ha surgido en México un personaje casi providencial. Un héroe. Un patriota. Un Salvador. Hoy lo requiere como nunca.

Es su última esperanza. Y en su momento… habrá de hacerse presente.

Línea de Fuego

“Eso no está bien” como respuesta a la asistencia que grupos criminales entregaron en forma de despensas a damnificados por las lluvias, no es propia del papel. Obligaciones. Postura, de una jefa de Estado. De ser un poder dentro del poder, el delincuencial se ha convertido en un suprapoder… Un verdadero crimen de lesa humanidad, controlar. Limitar. Prohibir la solidaridad --fuente de armonía, convivencia y sensibilidad social--, como se dispuso absurdamente contra quienes quisieron auxiliar a su prójimo por el desastre de las recientes tormentas…No son pocos los priístas decepcionado por la decisión de los panistas de no aliarse con ellos. Algunos perderán la oportunidad de acceder a los puestos que han soñado. Querrán migrar a los otros estercoleros Podría darse otra desbandada… Si el vampiro tropical y sus barredores creen que agazapándose ya la libraron, se equivocan. Estados Unidos los vigila más de cerca que nunca y no se descarta que en cualquier momento les den una sorpresa… De no creerse, las versiones de que, pronto, la gobernadora de Aguascalientes, Tere Jiménez, será noticia nacional por los mismos motivos por los que muchos políticos son “noticia importante” ahora… El Michoacán sigue y aumenta la violencia. Como todas las muertes, la del líder limonero, Bernardo Bravo, es infame y repudiable. Igual que la actitud del gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, quien presume la paz y la seguridad del estado a base de “propagandazos”… En Francia, Nicolás Sarkozy va a la cárcel. ¿Cuándo, aquí, ocurrirá lo mismo a un ex presidente?

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