Los morenistas parecen haberse detenido… por ahora.

Mas por los antecedentes, no hay duda. En algún momento irán por el control. El sometimiento de lo que se conoce como Cuarto Poder.

La Prensa no les puede faltar en su ambiciosa. Desmesurada. Grotesca concentración de facultades, que conduce a todos los excesos.

Requieren tener bajo su dominio el Cuarto Poder aunque disminuido por conocidos entreguistas– para consumar el establecimiento definitivo de la tiranía, que comprende todas las formas de violencia.

¡Todas! Y ninguna como la de suprimir la libertad de pensar.

Quieren hacer cuanto les venga en gana en un contexto de desinformación y obscuridad. Ausencia de opinión. Análisis. Crítica. Proposición, que se empeñan en construir.

Tienden a ser cada vez más ciegos. Mudos. Sordos. Insensibles. Crueles. Inmorales. Inhumanos.

Quieren ser libremente mentirosos, corruptos, traidores, como les enseñó el autor ideológico de sus días, Andrés Manuel López Obrador.

Ya tienen el Poder Ejecutivo, que les entregó la ciudadanía en las urnas. Legalmente. Lamentable.

Usurparon la mayoría en el Congreso con el colaboracionismo del “Gran Traidor”, Miguel Ángel Yunes Márquez.

Convirtieron a los consejeros y magistrados electorales en sus vasallos. (con honrosísimas excepciones).

Desaparecieron los órganos de rendición de cuentas para esconder sus fechorías. Las protegerán con la opacidad. Invisibilidad. Patente de Corzo.

Organizaron una jornada judicial que, por muchos de los candidatos, podría llamarse elección criminal.

La semana pasada, determinados. Obnubilados. Precipitados. Arrogantes, intentaron legislar en materia de telecomunicaciones.

Se alarmaron. Escandalizaron por la difusión, en México, del spot antiinmigrante de Estados Unidos. No todos son connacionales. Se sintieron aludidos únicos por el fenómeno que, además, está a la baja.

Hicieron una iniciativa de ley ostensiblemente atentatoria de la libertad de expresión. Fue enviada de inmediato al Congreso.

Ningún irresponsable. Usurpador. Inconsciente legislador la leyó.

No le habrían cambiado una sola coma. Al puro estilo lopezobradorista, que en todo replica. Lastimosamente, Claudia Sheinbaum.

La pretensión era que se aprobara en horas. Se colocó en un impasse por el rechazo mediático y social generalizado.

La amenaza se detuvo. Momentáneamente. La cargada volverá. Los morenistas necesitan una Prensa esclavizada.

El gobierno, previsiblemente, buscará anular en toda forma. Alcance. Dimensión, ese, el único contrapeso que tiene.

Quiere que nadie en los medios vea. Conozca. Comente. Repruebe. Rechace. Pida que reconsidere lo que lo que hace.

Asume que todo es bueno. Honesto. Correcto. Y quiere que, sin más, todos se traguen su cuento. Que las encuestadoras mantengan su “popularidad”.

Para eso necesita una Prensa sumisa. Dúctil. Entreguista. Entregada. Incondicional. Complaciente.

Que acepte. Difunda. Alabe. Magnifique. Aplauda sus desatinos. Su visión incuestionable. Única.

En esa línea quiere a todos los medios. Son conocidos los que se han rebajado a ese nivel.

Pero aún queda dignidad. Valentía. Compromiso. Profesionalismo en algunos. Y nadie, con un mínimo de honestidad y objetividad, podría negar ese mérito a El Universal.

Con su ley, que sólo aplazaría, el gobierno calificará qué medios están en el rango de su aceptación. Agrado. Utilidad para sus nefastos propósitos.

Los que no se ajusten a sus designios, aténganse a las consecuencias:

Ley mordaza. Censura. Persecución. Prisión. Muerte.

Expresiones inequívocas de la tiranía.

Quienes ejercen en México esa, la más pervertida forma de gobierno, no quieren testigos de sus atrocidades y sus ruindades.

Buscan tapar las distintas crisis que azotan al país. Necesitan la sombra, el secreto para evitar que trasciendan.

Algunas de ellas, como la inseguridad y la corrupción, reflejan la mayor vulnerabilidad. Debilidad, de la administración Sheinbaum. Quiere cubrirlas con propaganda. Silencio. Decisiones unipersonales. Autoritarias.

Es inimaginable lo que puede hacer cuando tenga los Tres Poderes de la Unión en sus manos. Le faltan pocos días para conseguirlo.

Y como AMLO eventualmente la seguirá manipulando, intentará someter a la televisión y a la radio con la reforma que, en todo momento, penderá cual guadaña sobre la cabeza de sus “dueños”. El único dueño es el gobierno.

Aparentemente, la Prensa escrita no se vería afectada porque los cambios no la refieren específicamente. Pero al incluir las plataformas digitales, el daño sería inevitable. Todos los periódicos circulan en línea.

Y en línea están los contenidos que al morenismo no le gustan. Le desagradan. Le estorban. Lo exhiben como lo peor que haya existido.

Con los “periodistas” a sueldo que le preguntan lo único que quiere contestar para mantener la cortina de humo que a diario tiende sobre la realidad nacional, es más que suficiente para la presidenta.

Pero aun con los corifeos y epígonos que la rodean, no puede acallar las voces. Inteligencias. Conciencia que, ex bona fide (de buena fe), le piden un giro con razones y respeto.

Por eso y sin tener la menor idea de lo que es, tarde o temprano y muy seguramente empujada por AMLO, establecerá la Razón de Estado como Razones del Gobierno.

Ya asomó el amago con la cancelación de concesiones y la imposición de sanciones.

La motivación para hacer eso es trivial: “cuando lo exija el interés público” o por “razones de seguridad nacional”.

¿Cuándo los morenistas han actuado en defensa de esos principios? Los han estado pisoteando durante más de seis años.

El único interés y seguridad son los de ellos. Necesitan defenderlos a todo costo.

Lo que subyace en el propósito amordazante, es el establecimiento de las Razones del Gobierno: usos y abusos del poder para beneficio de quienes lo detentan. Para nadie más.

Histórica. Legal. Política. Moralmente, la Razón de Estado es absolutamente indispensable cuando se la emplea para salvaguardar a esa entidad. A lo más precisado que contiene, que son los ciudadanos.

Es la defensa y protección de todos. Sin excepción.

Aplicada con este fin --nunca puede ni debe ser otro--, sus métodos pueden ser brutales. Inmisericordes, Bárbaros.

Pero es la única manera de salvar a la Nación.

En este caso, todo exceso siempre estará justificado. Nada es inmoral cuando se decide por la conservación y el bien de todo un pueblo.

Poner encima el interés de la ciudadanía sobre cualquier otro, es digno de elogio siempre. Nunca de censura.

Únicamente los verdaderos estadistas apelan a este recurso. Son los que, por su sabiduría y amor a la patria, alcanzan la trascendencia. Los que la Historia consagra.

Mas, en la intención de reformar la Ley de Telecomunicaciones, aparece

--¡en el país más democrático del mundo!, como alardea la presidenta--, su horrenda contracara. La más monstruosa y repugnante de la política.

El político personalizado. Grupal. Partidista. Sectario. Tribal. Con una fuerza desmedida. Poder. Arbitrariedad para hacer todo el mal posible a quienes debería procurar el bien.

Con la Razón de Estado, Claudia Sheinbaum públicamente, pero seguramente AMLO detrás de ella, querrá dar carta de naturalización a las Razones de su Gobierno.

Esta figura, que ni siquiera existe como tal en los grandes tratados de Ciencia Política, apunta a ser una auténtica innovación de un grupo. De una élite que lo quiere tener todo. A cualquier costo. Sin resistencias de ningún tipo. De nadie. Nunca.

Con el control. Sometimiento. Límites. Desaparición del Cuarto Poder, tendría sumisión colectiva total. Ciega. Acrítica. Resignada. Inmovilizada. Obediente. Silenciada, clima indispensable para el florecimiento de la tiranía.

Por eso, en su propuesta legislativa esgrimió el elemento resorte, como lo llama Rousseau– que es esencia de esa, la más degradada y pervertida de las formas de gobierno:

¡El terror!

El gobierno de un partido. Desnaturalización máxima del ejercicio del poder por parte de quienes ocupan las magistraturas del Estado.

Puesto cual puñal en el pecho de los concesionarios como un vulgar aviso que, por extensión, incluye a todos los ciudadanos. Ominosa señal.

Por eso, es deseable que algún consejero diga o recuerde a Sheinbaum que, únicamente quienes recurren a la Razón de Estado para salvar a sus estados y a sus ciudadanos, son recordados. Honrados gratamente.

Los gobernantes que siguen caminos para protegerse y beneficiarse solamente ellos, quedan condenados a la maldición, el desprecio y el olvido… de sus pueblos.

Línea de Fuego

¿De qué estatura política es Claudia Sheinbaum quien, como jefa del Estado Mexicano estuvo ausente de donde se concentró el mundo político, económico, religioso, este fin de semana, mientras ella se entretenía en anunciar la Miel Bienestar, que se suma a chocolates, leche y estufas de la misma marca? ¿Cuándo anunciará México del Bienestar?... Hoy, la posibilidad de alternancia presidencial no está en perspectiva para 2030. Por su inexistencia, ninguna oposición podría ganarle a Morena. Pero hay prestigios y liderazgos personales que pueden empezar a maximizarse y pulirse si se empieza esa tarea ya. Uno de ellos podría ser el de Manolo Jiménez Salinas. En lo que lleva ejerciendo el gobierno priísta de Coahuila, ha mostrado eficacia, eficiencia y resultados. Sin exhibicionismos, siguen atrayendo inversiones extranjeras a su estado, donde hay seguridad, mano de obra calificada, infraestructura y trabajo. En Derramadero, una empresa llantera mundial invierte 400 millones de dólares que generará mil puestos. Es lo que la gente quiere. Ese tipo de factores podría influir y traducirse, en su momento, en una salida del infierno morenista… Podrán atacar a Ernesto Zedillo, pero jamás demostrarán que, como dice el expresidente, la democracia en México ha muerto… Lo que se siembra se cosecha, “Changoleón”.

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