Estamos pasando por un momento de crisis en la historia de la humanidad. Que si no esta tan mal, que es si mejor, peor, o igual que otros momentos de crisis en la historia de la humanidad, no sé, a mí el que me tocó fue este, se me hace horrendo y, sin embargo, aquí seguimos. Desde mi lugar de privilegio, yo ya no sé ni para donde voltear y no es que huya, al contrario, no sé dónde puedo ser útil o estorbar menos. Estando en plenas Fallas, leía yo en un artículo de Miguel Cane sobre la “hipernormalizacion: el arte de mirar hacia otro lado mientras el mundo arde”. La palabra fue acuñada por el ruso Alexei Yurchak y Cane la aplica a México en donde la violencia se vive ya como ruido de fondo, aunque yo me voy más allá y la aplico al globo -con sus excepciones. Me tocó un nervio aunque no sé bien cual. ¿La frustracion? ¿El dolor? ¿El coraje? Menciono los festejos valencianos porque una tarde por la Plaza de la Virgen, mientras que por un lado se le rendía homenaje a la Patrona de los Desamparados con flores y lágrimas, del otro un grupo de personas gritaban con fuerza y coraje slogans pro-Palestina. El comentario que escuché al pasar fue algo así como “Pero ¿qué no han podido escoger otro día para sus cosas? Sus cosas. Como si nada de esto nos afectara a todos los seres humanos. Pocos se atreven a levantar la voz y sin embargo son sus cosas. Hipernormalización. Familiaridad que acostumbra. Gente que grita sus cosas, las que sean, e interrumpe por un rato el paseo dominical. Kafkiano. Según el Librero de Larousse "Una situación kafkiana es aquella en la que pasa algo ilógico, casi surreal, que debe tener un componente escalofriante”, algo absurdo e incomprensible y, es lo que aparece estar pasando en el mundo. Los más recientes horrores descubiertos en suelo mexicano, las matanzas indiscriminadas en Gaza, tres años de guerra inútil en Ucrania; una sociedad en donde el poder también otorga el derecho de humillar, descalificar y por ello es aplaudido; gobiernos impunes, corruptos, tramposos, ¿y qué? Ya no hay consecuencias. Tampoco puedo olvidar el atinado meme en donde la Dra. baila sonriente con la muerte.

En esas andaba, medio desinflada, cuando hace un par de días me entere de la recomendación de Haddja Lahbib, la comisionada de manejo de crisis de la Unión Europea, quien sugiere que todos los ciudadanos de la Unión tengamos preparado un kit de sobrevivencia para tres días en caso de cualquier imprevisto. Papel de baño, pilas, comida enlatada, agua, lo de siempre. Ah caray, seré muy ingenua, pero esta no me la esperaba. Recuerdo cuando la guerra del Golfo en que mucha gente entró en pánico. Yo ya vivía en Londres y la situación no cambió mucho por los constantes actos de terrorismo de IRA y Sinn Fein. De allí todo sereno hasta 2020 y las guerras del papel de baño, qué locura fue aquello. En esa ocasión también tuve suerte porque los paquetes de este producto higiénico rara vez son pequeños por lo que siempre hay de más. Ahora esto, pero el tono es solemne. Entre otras cosas, la Sra. Lahbib afirmó que “Nos enfrentamos a una nueva y peligrosa realidad, caracterizada por la guerra, crecientes tensiones geopolíticas, ataques híbridos, tensiones económicas, crisis sanitarias y desastres climáticos. La pregunta no es si nos enfrentaremos a una nueva crisis, sino si estaremos preparados para afrontarla” (The Times, 27-03-25). No sé cuándo, pero haré mi lista y al super.

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