Las cifras de los censos de población en México hablan de un predominio católico que ascendería al 77.7% de la población. Esta perspectiva analítica tiene algunas dificultades. Lo más notable es que en muchos casos la persona que es entrevistada en un censo es el habitante de mayor edad y no está interesado en comentar los cambios en las creencias de los miembros de su familia.
Teniendo en cuenta estos cambios culturales decidimos aplicar otra estrategia de investigación referida a la identificación de los lugares de culto reflejados en los censos económicos y las cifras de ministros de culto registrados en la Secretaría de Gobernación. Esta perspectiva analítica nos da algunas sorpresas.
En 1992 cuando tuvo lugar el cambio constitucional que otorgó personería jurídica a las iglesias, la cifra total de templos donados o expropiados por el Estado mexicano era de 66,237 templos de los cuáles 43,387 (65.5%) eran católicos, los no católicos, en su mayoría evangélicos o protestantes llegaban a 22,940 (34.5%) lugares de culto, también propiedad de la nación. Estas cifras son referenciales, pues en muchos casos había templos no registrados o en manos de prestanombres.
Transcurrieron 27 años y hubo un relevamiento de establecimientos religiosos en el Censo Económico de 2019, que nos dio algunas novedades, pues la cifra de templos había subido a 86,857 templos de los cuáles 31,918 (36.8%) templos podían identificarse claramente como católicos, lo que implicaba un claro descenso en cifras absolutas, pues 11,469 templos católicos que tenía el Instituto de Avalúos y Bienes Nacionales (INDABIN) que administra todos los inmuebles propiedad de la nación, no eran identificados por el INEGI 27 años después, aunque, y aquí es la paradoja, el INDABIN los tiene registrados como templos, lo más factible es que dado la baja de vocaciones religiosas en el catolicismo, los mismos están abandonados.
En términos relativos los establecimientos religiosos evangélicos ascendían a 54,939 (63.2%) con lo cual representaban los dos tercios de los templos abiertos al público y se habían incrementado más del doble (2.4 veces) en ese período, mostrando así quienes tienen más capacidad de reclutamiento de nuevos feligreses. Las cifras en el Censo Económico de 2024 son similares con la novedad de que los templos evangélicos siguen incrementándose y los católicos siguen disminuyendo reflejando así el agudizamiento de la disminución de vocaciones religiosas en el catolicismo y el envejecimiento de los sacerdotes que se jubilan, no estando en condiciones de atender templos, que a su vez pierden feligreses.
Los evangélicos representan prácticamente más de los dos tercios de la oferta religiosa pues debemos agregarle que muchas congregaciones no están reflejadas en las cifras de INEGI porque el concepto que aplica de “establecimiento religioso” se limita a aquellos cuya percepción externa le da tal carácter, dejando de lado a congregaciones de fieles que se reúnen en casas particulares, baldíos, salones de fiestas u otros lugares que no son identificables con sus criterios más económicos que religiosos.
Las tendencias más consolidadas en el campo religioso son las iglesias pentecostales y neopentecostales representan más de siete mil templos. Los Adventistas y Testigos de Jehová, iglesias fundadas en Estados Unidos en el siglo XIX totalizan alrededor de siete mil templos.
En el tronco de iglesias fundadas antes del siglo XIX, tienen una presencia importante las iglesias bautistas que llegan prácticamente a cuatro mil templos, de los cuales la mayoría son bíblicas fundamentalistas, más del 75%, rebasando a las afiliadas a la Convención Nacional Bautista. Le siguen las iglesias presbiterianas y reformadas que tienen 1,700 templos registrados, y no podemos dejar de mencionar un conjunto de iglesias “históricas” como metodistas, congregacionalistas, nazarenos, que tienen alrededor de 2,000 templos.
Es importante comentar que, sus propias características, existe un notable subregistro de las iglesias que derivan del espiritualismo trinitario mariano, una propuesta religiosa de tradición mexicana que fueron investigados por dos antropólogas mexicanas, Silvia Ortiz Echaniz e Isabel Lagarriga Attias.
También es importante mencionar las iglesias vinculadas a la Confraternidad de Iglesias Cristiano Evangélicas (CONFRATERNICE) que están relacionadas en torno a cuestiones operativas frente al Estado, pero donde cada asociación religiosa mantiene independencia en materia teológica, de formación ministerial y estructura propia. Tiene centenares de asociaciones religiosas vinculadas que involucran cerca de diez mil congregaciones.
Tenemos entonces un campo religioso diverso, complejo y en expansión. Más de cuatro mil asociaciones religiosas independientes entre sí que están ampliando la oferta religiosa. Sólo nos queda por recordar que “muchos son los llamados y pocos los escogidos” (Mt 22.14)
Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH