En fechas recientes, recibí un ejemplar del libro Al borde del abismo: actualidad y perspectiva de la educación básica, coordinado por Gilberto Guevara Niebla y José Navarro Cendejas; texto compuesto por 19 capítulos, que abordan una diversidad de temas sobre el Sistema Educativo Mexicano (SEN): su masificación, tamaño, presupuesto, resultados de aprendizaje, infraestructura, capacidad de gestión, desigualdad educativa, falta de inclusión, violencia escolar, formación docente, enseñanza de las matemáticas y del lenguaje, falta de educación socioemocional, centralismo burocrático, sindicalismo, currículo, nuevos planes de estudio, percepción de la Nueva Escuela Mexicana y autonomía docente. Uno de estos capítulos, de mi autoría, hace una síntesis de los resultados de México en las evaluaciones de aprendizaje.

De 2000 a 2022, México coordinó un total de 17 estudios nacionales (realizados por el INEE), en los que evaluó el aprendizaje de los escolares de 3º de preescolar, 3º y 6º de primaria, 3º de secundaria y 3º de educación media superior (EMS). Igualmente, el país participó en 16 estudios internacionales (realizados por la UNESCO, la OCDE y la IEA) que evaluaron a estudiantes de 3º y 6º de primaria, 2º de secundaria y jóvenes de 15 años de edad. Las competencias evaluadas comprendían temas de matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y educación cívica y ciudadana. Todos los estudios nacionales tuvieron una representatividad nacional y estatal; es decir, sus resultados eran válidos para toda la población mexicana (de cada grado y asignatura), así como para cada una de las 32 entidades federativas. Los estudios internacionales tuvieron, principalmente, representatividad nacional y solo algunos de ellos generaron información desagregada por estado.

Los resultados de aprendizaje de estos estudios muestran, al menos, siete características del SEN: 1) una proporción importante de estudiantes no logra adquirir los aprendizajes básicos necesarios para tener éxito en la vida, 2) la brecha de aprendizaje entre los estudiantes en condiciones de pobreza y riqueza ha crecido en los últimos años, 3) el aprendizaje de matemáticas es inferior, comparativamente, al de comprensión lectora y ciencias, 4) México se encuentra ubicado, mundialmente, entre el lugar 55º  y 60º y, entre los países latinoamericanos, entre el lugar 3 y 4 (por debajo de Chile y Uruguay y, ocasionalmente, de Costa Rica), 5) la diferencia de México con los países más avanzados (ej. Singapur, Corea, Japón, Finlandia) puede llegar a alcanzar hasta seis grados escolares, 6) sólo el 1% de los estudiantes nacionales logra tener resultados similares a los de los países más desarrollados y 7) al interior del país, al término de la educación básica, la diferencia entre los estudiantes más y menos privilegiados también alcanza los seis grados.

En las evaluaciones de aprendizaje nacionales no se observan diferencias a lo largo de los años; es decir, el nivel de aprendizaje de los escolares no incrementó, pero tampoco decrementó. En cambio, los resultados de las evaluaciones internacionales sí marcan una ligera tendencia a la baja para el caso de matemáticas, pero no para el caso de comprensión lectora y ciencias. Sin embargo, si hay una disminución en las competencias relacionadas con la educación cívica y ciudadana. Finalmente, el cierre de las escuelas por causa del COVID-19 tuvo tres efectos negativos en el SEN: 1) una pérdida de aprendizaje en todas las asignaturas, estimada al menos en un grado escolar, 2) un crecimiento importante de las brechas de aprendizaje entre las clases más y menos vulnerables y 3) una reducción en la matrícula escolar (cercana a 1.6 millones de estudiantes) que afectó, principalmente, a las clases más desprotegidas y a las mujeres.

Los estudios sobre el aprendizaje generan información que deben de servir para el diseño de políticas públicas que mejoren el sistema educativo. En ausencia de información básica, las políticas solo se pueden diseñar con base en ocurrencias, intuiciones y suposiciones. El gobierno de López Obrador optó por gobernar a ciegas, al desaparecer a las instituciones que generaban esta información educativa (INEE y MEJOREDU) y por cancelar su participación en dos de los tres programas internacionales (UNESCO e IEA). El horizonte de la educación en México no es optimista, ya que un gobierno que no cuida la calidad de la educación de su población más vulnerable está socavando las bases del bienestar y de la justicia social, así como perpetuando la desigualdad y la ignorancia; en otras palabras, está condenando el futuro del país.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa A.C.

@EduardoBackhoff

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