A propósito del humo blanco en el Vaticano, nos platican que la junta de gobierno del Banco de México (Banxico) entró en su periodo de silencio, que se activa días antes de la reunión de política monetaria para evitar malas interpretaciones o señales equivocadas a los mercados y agentes económicos. Nos comentan que esto les cayó como anillo al dedo o bien como pretexto para no dar declaraciones o comentarios a la prensa durante la Convención Bancaria. Sin embargo, nos hacen notar que se hicieron algunas excepciones, lo que sugiere que el periodo de silencio no se respeta del todo ni que, con nuevas administraciones, hay vientos de cambio.
De la Fuente, ¿con los días contados?
Nos dicen que la reunión del comité ejecutivo de la Asociación de Bancos de México (ABM) con el secretario de Hacienda, Edgar Amador, previa a la inauguración de la 88 Convención Bancaria, sirvió para conocer al nuevo responsable de las finanzas públicas y plantearle sus inquietudes en materia regulatoria con frescos jugadores como Amazon en el sistema financiero. Nos cuentan que llamó la atención que la presentación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores estuvo a cargo de la vicepresidenta, Lucía Buenrostro, mientras que, al presidente del organismo, Jesús de la Fuente, se le vio muy apachurrado en ese encuentro a puerta cerrada, causando comentarios a los oídos entre los banqueros en torno a su permanencia en el puesto, por lo que quizá tiene los días contados.
Automotrices están decepcionadas
A los tres gigantes de Detroit: Ford, General Motors y Stellantis, agrupados en la American Automotive Policy Council, presidida por Matt Blunt, no les cayó bien la noticia del acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido, pues la industria automotriz está altamente integrada con sus socios del T-MEC. Nos indican que se declararon “decepcionadas” de que la administración de Donald Trump priorice al país europeo. Ahora, con este tratado, será más barato importar un vehículo británico con poco contenido estadounidense, en lugar de uno fabricado en Canadá o México con la mitad de componentes de la Unión Americana. El trío de la industria ahora pide que esto no siente un precedente para futuras negociaciones con Asia y Europa.