En un pasaje de la película Una vida, estelarizada por Antony Hopkins, el personaje principal escucha una noticia sobre crisis financieras, hablando consigo mismo dice: “no han aprendido que desregular mercados genera crisis”. El personaje existió en la vida real y conoció el funcionamiento de los mercados financieros toda vez que de eso vivió, mientras que las personas que conoció en el medio le permitieron rescatar a decenas de niños del holocausto nazi. Pareciera que los liberales extremos no han aprendido esta lección. El desempeño de Argentina así lo muestra.
A diferencia de las disciplinas como la Física, Química o Medicina, en Ciencias sociales no es tan evidente la demostración de hipótesis. Un caso concreto de eso lo encontramos en el impuesto al tabaco: cuando se instrumentó, se argumentó que con eso se reduciría su consumo. Esa era la hipótesis. Sin embargo, lo que es un hecho que ocurrió es que se incrementó el contrabando de cigarrillos de dudosa calidad. Como sea, debió pasar todo un proceso antes de incrementar dicho impuesto y tiempo para verificar los efectos.
En el contexto actual lo mismo se puede decir del etiquetado en alimentos procesados: se tendrán que generar datos y procesarlos antes de saber si tuvo o no un impacto importante en el consumo de dichos alimentos. Lo mismo se puede decir del impuesto a los refrescos que ahora está tan de moda: deberá transcurrir cierto tiempo antes de verificar si se obtiene el resultado deseado o, más bien, se tienen otros efectos como el surgimiento de mercados negros.
A nivel macro todo se magnifica. La hipótesis central es que los mercados son estables y se autorregulan. No sólo eso: el libre mercado es la forma más eficiente de producir, consumir y determinar los precios del salario, capital, materia prima y otros insumos de la producción. En el discurso y el libro de texto se habla de una situación utópica que perfectamente podríamos denominar nirvana económico, donde, gracias al libre mercado las economías crecen, igual que los sueldos y el empleo, se pagan sueldos acorde a la productividad y se hace innecesaria la presencia del Estado en la economía. Esto sólo existe en los libros de texto. En la vida real los resultados suelen ser desastrosos.
En Argentina se empiezan a ver los resultados de esta política económica de liberalismo extremo. Los resultados tanto económicos como políticos no son los mejores ni los deseados por el actual Gobierno, que es de corte ultraliberal. Es muy temprano para decir contundentemente que las políticas de libre mercado aplicada en el país albiceleste serán muy malos. De hecho, los resultados de casi cualquier política económica suelen tener luces y sombras y es necesario evaluar el desempeño económico conforme a una batería de indicadores, como pueden ser la estabilidad de la moneda con respecto a otras, control de la inflación, crecimiento económico, nivel de empleo, incremento en los sueldos y, en general en el nivel de vida de la población.
Las políticas de libre mercado extremo no han dado todavía todos sus frutos. De hecho, si concedemos el beneficio de la duda, es posible que todavía se puedan lograr buenos resultados y que al término de la gestión del actual presidente se entreguen buenos resultados. Pero lo dudo. Lo más probable es que Argentina siga dando tumbos y que la medicina del libre mercado extremo no sólo no cure al paciente, sino que lo deje en peor situación que como lo encontró. En dos o tres años lo podremos evaluar.
Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM






