Un financiamiento bien gestionado puede ser la "llave de oro" que abre oportunidades de crecimiento para las empresas. Es decir, la deuda no siempre es un enemigo: cuando se utiliza de forma estratégica y responsable, se convierte en una herramienta invaluable para que las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) puedan expandirse, invertir y prosperar. La clave está en distinguir entre una deuda saludable y una insostenible, y en aprender a aprovechar el financiamiento sin comprometer la estabilidad del negocio.
Para muchas personas “deuda” es sinónimo de problema, pero esta generalización pasa por alto un matiz importante: existe la deuda bien gestionada (a veces llamada deuda buena o deuda sana). Este tipo de financiamiento se adquiere de forma responsable y estratégica, destinado a inversiones que generen valor o mejoren la situación financiera a largo plazo de la empresa. En otras palabras, una deuda sana sirve como palanca para el crecimiento: permite financiar maquinaria, abrir nuevas sucursales, aumentar inventarios o lanzar proyectos que elevan los ingresos futuros.
Contrario al miedo popular, un crédito empresarial bien planificado puede aliviar la presión sobre el flujo de efectivo al proveer capital inmediato para crecer, sin diluir la propiedad de la empresa (a diferencia de buscar nuevos socios). Lo importante es evaluar la capacidad de pago antes de endeudarse y usar los fondos prestados en actividades que generarán un retorno superior al costo de la deuda. Si se cumple esto, la deuda se transforma en un aliado del crecimiento y no en una carga. Como dicen los expertos, la diferencia entre endeudarse bien o mal radica en tener un propósito claro, condiciones favorables y un plan de pago sostenible. Cuando se cumplen esos factores, no hay que temerle a la deuda: al contrario, hay que entenderla como una inversión en el futuro de la empresa.
Nada mejor para ilustrar el lado positivo del endeudamiento estratégico que ver casos reales de empresas exitosas. Dos gigantes tecnológicos, Amazon y Nvidia, han utilizado la deuda de forma inteligente para potenciar su crecimiento:
Amazon: En 2017, Amazon decidió financiar con deuda la compra de Whole Foods, una cadena de supermercados, por aproximadamente 13,700 millones de dólares. Sorprendentemente, Amazon tenía suficiente efectivo para cubrir la adquisición, pero prefirió emitir bonos por 16 mil millones de dólares para aprovechar los bajos tipos de interés del momento. En palabras simples, Amazon optó por pedir prestado a largo plazo en vez de vaciar su caja, manteniendo así liquidez para otras inversiones.
Esta jugada financiera tenía todo el sentido: los préstamos se obtuvieron a costos muy bajos y la empresa evitó tocar su “colchón” de 21 mil millones en efectivo. Al no temer a la deuda barata, Amazon pudo expandir su imperio sin descuidar su solvencia, demostrando que incluso disponiendo de dinero propio, usar financiamiento ajeno puede ser la decisión más inteligente cuando las condiciones son favorables.
Nvidia: Esta compañía líder en chips y tecnología también ha recurrido al financiamiento externo para crecer. Un ejemplo claro fue en 2021, cuando Nvidia emitió bonos por 5 mil millones de dólares para obtener capital. Lo notable es que los bonos se colocaron con tasas de interés extraordinariamente bajas, algunas emisiones con apenas 0.3% de interés anual, reflejando que la empresa supo aprovechar un contexto de dinero barato. ¿Por qué pedir prestado si Nvidia es muy rentable? Porque así pudo invertir en desarrollo e incluso adquisiciones sin descapitalizarse, pagando un costo financiero mínimo. Esto subraya que incluso las empresas más innovadoras ven a la deuda como una aliada cuando se usa estratégicamente: Nvidia aseguró fondos para proyectos clave manteniendo fuerte su posición de efectivo, un equilibrio inteligente entre crecimiento y seguridad.
Estos casos de Amazon, Nvidia, y podríamos citar muchos más, nos enseñan que la deuda corporativa bien empleada es una palanca de éxito, no un signo de fracaso. Las empresas líderes del mundo no temen “deber dinero” si con ello financian su expansión, mejoran su competitividad o generan más valor en el largo plazo. En resumen: endeudarse con cabeza fría es parte de la receta que muchas grandes compañías han seguido para llegar a la cima.
Luego de entender el contexto teórico, vale la pena preguntar: ¿qué sucede con las MiPyMEs en México? ¿Están aprovechando la herramienta del financiamiento? Un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ofrece datos reveladores. La Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (ENAFIN) 2025 investigó el acceso al crédito de las empresas mexicanas entre 2022 y 2024, y sus hallazgos desmienten cualquier creencia de que “nadie quiere endeudarse”:
Más de la mitad solicita financiamiento: En ese periodo, 57.5% de las empresas mexicanas solicitó algún crédito o financiamiento para su negocio. Esto significa que la financiación externa es una práctica común y necesaria; la mayoría de las empresas sí busca ese apoyo para crecer o sostener sus operaciones. Las empresas medianas fueron las más proactivas, con 71.3% de ellas pidiendo crédito, seguidas por las grandes (65.1%), pequeñas (57.6%) y microempresas (53.8%). Claramente, mientras más grande la empresa, mayor la propensión a financiarse, aunque incluso más de la mitad de las micro y pequeñas también recurrieron a préstamos. Esta alta participación indica que las MiPyMEs mexicanas reconocen el valor del financiamiento como motor de crecimiento.
Alta tasa de aprobación: Otro dato muy alentador es que la gran mayoría de las solicitudes de crédito fueron aprobadas. En total, 93.7% de los créditos solicitados entre 2022 y 2024 se aprobaron. En otras palabras, casi 94 de cada 100 veces que una empresa tocó la puerta de un banco u otra institución financiera, obtuvo un “sí” como respuesta. Apenas 6.3% de las solicitudes fue rechazado, una fracción minoritaria. Esta altísima tasa de aprobación demuestra que cuando las empresas se preparan y solicitan financiamiento formal, lo más probable es que lo consigan. El financiamiento está disponible para quienes lo buscan de manera adecuada, lo cual debería dar confianza a más emprendedores para atreverse a pedir créditos cuando tengan proyectos viables.
Falta de información en rechazos: Ahora bien, incluso en ese pequeño porcentaje de casos donde el crédito fue negado, surge un punto a mejorar: en 21.9% de los rechazos la empresa ni siquiera recibió un motivo de parte del financiador. Es decir, cerca de una de cada cinco empresas cuyos préstamos fueron rechazados no supo por qué su solicitud no prosperó. Esta falta de retroalimentación puede ser frustrante, pues dificulta corregir el rumbo (por ejemplo, si el problema fue falta de garantía, historial crediticio insuficiente, etc.). Aunque la cifra de rechazos es baja, sería ideal que siempre se informara la causa, para que la empresa solicitante pueda trabajar en solventar ese obstáculo en el futuro. Aun así, cabe destacar que la mayoría de las empresas sí obtuvieron el crédito que pidieron, lo cual refuerza la idea de que el crédito no es un lujo inaccesible, sino una realidad alcanzable para las MiPyMEs que lo gestionan apropiadamente.
Los datos del Inegi pintan un panorama optimista: muchas MiPyMEs mexicanas usan la deuda como apoyo para crecer, y casi todas consiguen el financiamiento que solicitan. Lejos de ser algo raro o temible, endeudarse responsablemente es parte del día a día de los negocios en México, especialmente para aquellas empresas con planes de expandirse.
En palabras simples, el financiamiento bien gestionado es combustible para el crecimiento. Historias de éxito como las de Amazon o Nvidia, así como la experiencia de miles de MiPyMEs en México, demuestran que el crédito puede abrir puertas que el capital propio solo no podría. Lejos de satanizar la deuda, es momento de verla como lo que realmente es: una herramienta, una palanca que, usada con prudencia, puede llevar nuestro negocio al siguiente nivel. En lugar de temerla, aprendamos a usarla a nuestro favor, porque una empresa sin miedo a financiarse inteligentemente es una empresa con más posibilidades de triunfar.
Académico de la Universidad del Valle de México Campus Zapopan.