En el siglo XVII, no existía una comunidad científica profesionalizada como hoy en día, por lo que los científicos debían despertar el interés de aristocrátas o nobles para obtener apoyo financiero. Sin embargo, desde esa época hubieron importantes avances hacia la popularización del conocimiento científico: Galileo Galilei fue uno de los primeros científicos en publicar su obra en lengua vernácula en vez de en latín. También surgieron las primeras sociedades para promover la ciencia, como la Real Sociedad de Londres fundada en 1660, o la Academia de las Ciencias París fundada en 1666.

Durante el siglo XVIII,  marcado por la Ilustración, la ciencia y el conocimiento técnico fueron considerados cruciales para el progreso de la humanidad. En los salones aristocráticos franceses comenzaron a discutirse las implicaciones de los nuevos descubrimientos científicos mientras que, en Gran Bretaña, los avances científicos y técnicos se  daban a conocer al público mediante conferencias y exposiciones. Sin embargo, en esa época aún era considerado radical creer que la ciencia debía ser accesible a todas las personas. En el siglo XIX, con la expansión de la industrialización en Gran Bretaña y otros países  de Europa, aumentó la alfabetización, creando un público cada vez más amplio para la literatura científica. Adicionalmente, las nuevas tecnologías de impresión permitieron abaratar la producción de libros, marcando el camino hacia el consumo masivo. Fue también en ese periodo que comenzó a establecerse la comunidad científica moderna.1

La expansión de las publicaciones científicas continuó durante el siglo XX, con la creación de una gama cada vez mayor de periódicos y revistas, al tiempo que cada vez más personas tenían acceso a la educación. Con la aparición de nuevos medios de comunicación como el cine, la radio y, más tarde, la televisión, surgieron nuevos retos para comunicar la ciencia a un público de masa. Si bien algunos científicos como Carl Sagan se convirtieron en estrellas mediáticas, en su mayoría, los científicos quedaron reducidos a un estatus pasivo. Este modelo de difusión científica se conoció como “modelo dominante” de divulgación científica. Pero, con la creciente inquietud por parte de la opinión pública sobre las implicaciones de la ciencia en ámbitos como la industria nuclear y las posibles amenazas al medio ambiente, surgió un nuevo modelo de divulgación, conocido como el “modelo contextual”, en el que el público dejó de ser pasivo y comenzó a interactuar activamente con la comunidad científica.2

En 1987, un influyente artículo de John Durant y Geoffrey Thomas planteó la siguiente pregunta: ¿por qué debemos promover la comprensión pública de la ciencia? Ellos argumentaban que la formación de más ingenieros y científicos permitiría a las naciones competir mejor económicamente y ayudaría al público a navegar en un mundo cada vez más impulsado por la tecnología. Sus predicciones se han cumplido. La ciencia y la tecnología son hoy sinónimos de competitividad económica y modernidad. De acuerdo con el reporte “Science Report 2021” de la UNESCO, entre 2014 y 2018, el gasto mundial en investigación aumentó un 19.2%, por encima del crecimiento de la economía mundial (+14.8%), si bien 87% del mismo se concentró en tres regiones: 40% en Asia Oriental y Sudoriental (China, Japón y la República de Corea); 27% en América del Norte; y 19% en la Unión Europea.3 Por otra parte, el reporte más reciente del Foro Económico Mundial relativo al futuro de los empleos en el mundo, concluye que los empleos con mayor crecimiento están relacionados con la tecnología, la digitalización y la sostenibilidad.4

En lo que respecta a nuestro país, de acuerdo a los datos de la UNESCO, México invierte alrededor de 0.4% de su PIB en investigación y desarrollo. Sin embargo, esta inversión sigue siendo insuficiente para hacer frente a las necesidades del país. Diversos estudios revelan que existe actualmente una escasez de profesionales en carreras STEM en México. De acuerdo con cifras de INEGI, sólo el 0.1% de la población ocupada es especialista en las áreas de matemáticas, actuaría y estadística; mientras que únicamente el 2% de la población económicamente activa se dedica a las Tecnologías de la Información.5 Esto significa que las personas que estudien estas carreras tendrán mayores posibilidades de posicionarse en el mercado laboral.

No contar con suficientes profesionistas en estas áreas podría acarrear una serie de problemas para el desarrollo y la competitividad del país, como limitar su capacidad para desarrollar nuevas tecnologías, procesos y productos; reducir su competitividad global; o dificultar la atracción de inversión extranjera. Afortunadamente, el interés por estas carreras está en aumento. De acuerdo con un reporte publicado por la Secretaría de Economía, México es el segundo país con más ingenieros de la OCDE, mientras que en 2021 egresaron 407,000 estudiantes de 246 carreras de educación media superior técnica y tecnológica.6

Sin embargo, es fundamental continuar incentivando en las nuevas generaciones el interés por la ciencia y la innovación. En este sentido, la divulgación científica es una de las tareas más fundamentales y retadoras en el mundo contemporáneo, pues implica hacer de la investigación científica algo comprensible y relevante, lo que requiere creatividad, adaptabilidad y una comprensión profunda de cómo atraer y mantener la atención de las audiencias.7

Actualmente, con la era digital y el uso generalizado de las redes sociales, han surgido nuevas maneras de comunicar los conocimientos científicos. El formato de vídeo, por ejemplo, se están convirtiendo en una herramienta cada vez más popular para comunicar todo tipo de temas. Tanto sólo en Facebook y YouTube se ven 9,000 millones de vídeos en un día. Por otra parte, los podcasts también han experimentado un crecimiento exponencial en la última década.2

Con ello en mente, y como parte de nuestras acciones para impulsar el interés de los jóvenes y del público en general por la ciencia y la tecnología, me enorgullece compartirles el lanzamiento del nuevo podcast de Merck México, Natural Born Curious, cuyo episodio piloto ya está disponible en  y . A lo largo de una plática amena entre su servidor y mi querida amiga, la comunicadora, empresaria y divulgadora científica, Kirén Miret, abordaremos temas de ciencia e innovación de interés para la vida cotidiana de las personas, incluyendo aplicaciones de la ciencia para la salud y para el futuro del planeta, así como la manera en que la labor científica apoya el progreso de la humanidad. ¡No se lo pierdan!

Director General de Merck México

Referencias:

1 Bowler, Peter: , in: European History Online (EGO), published by the Leibniz Institute of European History (IEG), Mainz 2015-10-22.

2 Research Outreach, , 4 de mayo de 2022.

3 UNESCO, .

4 Foro Económico Mundial,

5 Riquelme, Ricardo, , El Economista, 13 de septiembre de 2022.

6 Secretaría de Economía, , 24 de mayo de 2023.

7 Aguilar Cucurachi, María del Socorro,  Revista Nexos, 28 de junio de 2023.

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