Después de que EL UNIVERSAL registrara la historia de terror que se vive al interior de la Escuela de Música Vida y Movimiento del Centro Cultural Ollin Yoliztli, la Secretaría de Cultura de la CDMX ofreció una respuesta (aunque a los enlaces de Comunicación se les solicitó la información con antelación). La nota informativa reniega de un reportaje para el que se tomaron decenas de fotos que registran la crisis, entonces, ¿a qué se debe esta negación de la realidad?, ¿no quieren que la secretaria de Cultura capitalina, Ana Francis Mor, sepa de la crisis conocida por todos?, ¿no quieren que llegue a los oídos de la jefa de Gobierno, Clara Brugada? Solo la dependencia sabrá sus razones para proceder así. Tampoco es una historia nueva. Más de una vez se ha escrito sobre la situación bajo la que opera la escuela y podemos apostar que toda la comunidad estaría de acuerdo con que las cosas no son como las pintan. Si nosotros fuéramos estudiantes o maestros de la institución, nos sentiríamos indignados al leer una nota informativa donde se niegan los hechos, en medio de pianos desafinados, aparatos de extracción de humedad que no sirven, enormes grietas en una biblioteca medio vacía de la que ahora dicen que nunca tuvo que ser vaciada, caminos y caminos de cubetas para contener goteras e inundaciones y la necesidad de tener servicios de Nutrición, Psicopedagogía y Fisioterapia exclusivamente para la Escuela de Música. Escríbanos a columna crimenycastigo@gmail.com

