El intento de censura a La segunda venida del señor, polémica exposición de Fabián Cháirez, concluyó otra vez con el triunfo de grupos de activistas que han señalado en más de una ocasión que la obra del artista “ofende” su buena fe y sus símbolos religiosos. Fue la Secretaría de Cultura local de la Ciudad de México la que, con un breve comunicado en redes sociales, informó que la muestra de Cháirez volvió a ser suspendida, está vez de forma definitiva, luego de que un juez determinó una suspensión temporal en plena Semana Santa. Tras esperar casi dos semanas, La segunda venida del señor reabrió el sábado pasado, pero este lunes en la noche se informó del cierre definitivo. ¿Este será el camino para que otras expresiones culturales sean censuradas?, ¿dependerá de un juez y de sus inquisiciones la cancelación de otras exposiciones, obras de teatro, libros o películas que incomoden a grupos radicalizados? A juzgar por este caso, parece que sí. Por ahora, las autoridades culturales reiteraron que tomarán las medidas necesarias para garantizar el acceso a la cultura. Ya veremos.
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La resaca después del Día del Libro
El Día del Libro, celebrado hace unos días, dejó una extraña resaca sobre el desempeño de las autoridades federales. Lo primero es que el Centro Cultural Tijuana (CECUT), que depende de la Secretaría de Cultura federal y que ha estado en el ojo del huracán desde hace unos años, dejó de ser la sede de la Feria del Libro de Tijuana 2025, uno de los eventos literarios de más peso en la región; ahora será en el Museo El Trompo. Ya sin Vianka Robles como la directora del CECUT, es curioso que se haya perdido la sede de un evento tan relevante para los tijuanenses. Otro asunto que llama la atención sobre el Día del Libro fue una iniciativa que hizo Cultura de la Ciudad de México: el anuncio de una lectura masiva en el Zócalo. Una ocurrencia que delata a quienes planean las cosas ahí porque evidentemente no tienen el hábito de la tranquila lectura.
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