Allá donde “inicia la patria”, como dice la propaganda institucional de toda la vida, también comienzan las vergüenzas mexicanas. Nos referimos a Tijuana, en donde ha calado muy hondo, entre el estupor y la afrenta, la centralista decisión tomada por la dirección del Fondo de Cultura Económica desde la Ciudad de México para liquidar y vaciar la librería y la distribuidora de libros que funcionaba para todo Estados Unidos desde hace décadas en San Diego, al otro lado de la frontera. El enojo tijuanense debería ser compartido por todo el país. Lo ocurrido en San Diego no se compara ni de lejos con otras tragedias como las que ocurren diariamente a lo largo y ancho de México, pero también es una tragedia. Es una tragedia cultural por los más de 90 mil libros pagados por los impuestos de los mexicanos que prácticamente se abandonaron sin verificar su destino, y de esos algunos miles terminaron como basura; pero sobre todo es una tragedia porque el Fondo de Cultura Económica, una de las instituciones insignia de la cultura mexicana, claudicó y abandonó a nuestros paisanos en los Estados Unidos en el momento más duro para ellos en décadas.El cierre del Fondo en San Diego por decisión de su director, Paco Ignacio Taibo II, es una simbólica derrota para la presencia cultural de México en esas tierras. Sin que nadie del ultranacionalista gobierno trumpista moviera un dedo para provocar la salida de la gran editorial latinoamericana de suelo estadounidense, el señor Taibo apagó las luces y echó el candado. Sin embargo, enceguecido por su antiimperialismo yanqui setentero, es la hora que no se ha dado cuenta de la torpeza que comete contra los intereses mexicanos en Estados Unidos…Parte de la guerra cultural de Donald Trump contra la presencia latinoamericana, y específicamente contra la cultura mexicana, consiste en ir borrando el uso del español en los Estados Unidos. No es ningún secreto. Programas e iniciativas culturales en español en todo ese país que son apoyados con fondos públicos están siendo cancelados o serán fulminados pronto. En medio de todo ese desastre, el director de la editorial estatal más importante de México y sus funcionarios salen a decir públicamente que los libros en español no se venden en Estados Unidos… Los asesores de la Casa Blanca que planean acciones contra el borrado latinoamericano ahora podrán tomar nota de los datos y la fuente para justificar acciones contra las iniciativas editoriales en español financiadas hasta ahora por Washington: “si a ti no te importa tu gente, a mí menos”.Sin embargo, para Taibo II no hay error, incluso hay un logro: ahorrar dinero y vender el edificio sede en dos millones de dólares. Seguramente la filial mexicana en San Diego funcionaba con pérdidas, pero fulminar todo sólo bajo ese criterio sí que es neoliberal. En esas anda Taibo II.Así que una batalla cultural se perdió en San Diego sin ninguna resistencia y al parecer sin que la presidenta Claudia Sheinbaum se haya percatado (¿o sí?) de que ha sido dinamitado frente a los paisanos de California y de todo EU su discurso de fomentar una ”República de lectores” para todos los mexicanos entre los que, evidentemente, ya no están incluidos los migrantes gracias a que el guerrillero Taibo II resultó ser más bien un comandante Borolas de la cultura.
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