Cómo olvidar ese 3 de mayo en el que la directora del hoy Conahcyt, María Elena Álvarez-Buylla, presentó en la conferencia matutina una diapositiva sobre una red de intereses creados alrededor de los Centros Públicos de Investigación neoliberales, el CIDE y especialmente su exdirector, Sergio López Ayllón.
Era toda una red maquiavélica en la que salían embarrados el INE, la Suprema Corte, el INAI y medios como EL UNIVERSAL. Un tejido perverso que unió fuerzas en contra del proyecto de la Cuarta Transformación, una magna confabulación como no se ha visto desde tiempos de la Revolución. Después de que el INAI le ordenara al Conahcyt presentar las pruebas que demuestren la existencia de esta red de intereses, a partir de una solicitud de información interpuesta por investigadores y estudiantes, y viéndose obligada a contestar, resulta que ahora Álvarez-Buylla dice que las pruebas son inexistentes. Entonces, la directora del Conahcyt ¿mintió?, ¿difamó?, ¿actuó de mala fe?, ¿irá a presentarse en la conferencia matutina otra vez, pero ahora para decir que lo presentado hace medio año no se sustenta? El Conahcyt ya cumplió con la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública y declaró que no existen los elementos acusatorios. Quizá habrá que mencionar que a quienes solicitaron la información se les aconsejó, directamente desde la oficina de la Secretaría Particular de López Obrador, pedirle la información a Álvarez-Buylla, a quien sus declaraciones ya le valieron una denuncia por abuso de funciones ante la Función Pública hecha por integrantes de la comunidad.
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