Sergio Aceves Borbolla
Coordinador del Comité de Energía
Colegio de Ingenieros Civiles de México, A. C.
Una de las importantes señales que recientemente ha transmitido el gobierno es buscar y definir planes y visiones a mediano plazo, al año 2030. Esto es un buen inicio, sin embargo, en materia de energía, por la magnitud de los proyectos de infraestructura, tanto en su complejidad como en su inversión, es deseable tener una visión a más largo plazo.
México ha realizado grandes esfuerzos en la búsqueda de alcanzar una condición de seguridad energética que le permita reforzar los elementos que nos acerquen a una condición de soberanía absoluta en esta materia.
Las importantes inversiones aplicadas en refinación, tanto en actualizar las seis plantas anteriores existentes, más la adquisición de la llamada Dear Park en los Estados Unidos de América y la muy importante construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, nos ubican en la condición de no depender de importaciones para el abasto de combustibles líquidos.
En lo que se refiere a generación de energía eléctrica, actualmente se abastece a prácticamente el 100 % de los hogares, así como el total de la demanda industrial, agrícola y de servicios, en la cual el Gas Natural representa un insumo clave en la matriz de generación eléctrica en México.
Con ese panorama, el día de hoy el reto está en definir la demanda futura de combustibles y de electricidad y asegurar el abasto de crudo y gas a los procesos de refinación y generación de electricidad.
El reto es visualizar el futuro bajo las nuevas condiciones derivadas del nuevo marco jurídico y regulatorio del sector y la gran incertidumbre que hoy persiste a nivel mundial ante el posible cambio de paradigma entre la globalización y un nuevo modelo impulsado por los Estados Unidos de América, basado en acuerdos bilaterales entre países, en lugar de multilaterales o tratados como los numerosos que tiene celebrados nuestro país.
Ahora tenemos un Petróleos Mexicanos y una Comisión Federal de Electricidad como empresas públicas del estado, con un nuevo marco y reglas aun en desarrollo para definir los esquemas de inversiones mixtas público-privadas, y con un presupuesto muy ajustado para mantener la producción actual, probablemente insuficiente ante la perspectiva de un crecimiento importante de la demanda.
El Plan México presentado en enero de 2025 y la reciente actualización dada a conocer en el marco del reto que representa el nuevo contexto internacional, es el marco de referencia de los objetivos que México ha establecido en el tema de energía, entre los cuales destaca el pasar de ser la economía 12 del mundo a ser la décima. Con un PIB de 1.85 billones de pesos, México está a medio billón del lugar diez, lo que significa un poco menos del 25 % de diferencia en ese indicador, por lo que tenemos que crecer aproximadamente al 2,5% anual para alcanzar la posición 10 del mundo. Se puede considerar que la demanda de energía tendrá una correlación directa con el crecimiento del PIB, por lo que la oferta de energía deberá crecer a un ritmo semejante.
El presente mes de abril se dieron a conocer 18 programas y acciones para fortalecer el Plan México, entre los que destaca el alcanzar la autosuficiencia energética. Ello implica aumentar en un 30% la producción de gasolinas, diésel y turbosina (no está claro cuál es la línea base sobre la cual dimensionar ese 30% en unidades de producción), reducir la importación de gas natural al pasar la producción de 3 mil 834 a 5 mil millones de pies cúbicos diarios, acelerar inversiones en CFE para aumentar la capacidad de generación en el 2030 en 22 mil 674 megawatts. En otra información la CFE detalló el plan y programa de los diversos proyectos para alcanzar la meta referida.
Ante este panorama lleno de cifras que parecen aisladas unas de otras, la realidad es que deberían estar ligadas y vinculadas, ya que si se mueve la demanda ya sea en cantidad, en ubicación o en calidad (por temas de sostenibilidad), afecta la necesidad de incrementar la generación eléctrica y la producción y transformación de los combustibles fósiles.
En este panorama un producto de gran importancia es el Gas Natural, que hoy representa más del 40% de la energía utilizada en nuestra matriz energética, de cuya importación somos altamente dependientes, por lo que el objetivo de incrementar la producción pudiera no tener un impacto suficiente en reducir la importación si la demanda supera ese incremento. Por esta situación se debe reflexionar si sería conveniente incrementar la meta considerando las proyecciones de demanda que pueden ser mayores por los objetivos derivados de la transición energética, así como la posible situación de demandas emergentes como el nearshoring y los centros de datos que generan grandes demandas de energía limpia.
Por ello las metas de la producción están vinculadas con un indispensable proceso de planeación que permita conocer y dimensionar la demanda y a partir de ella la capacidad de producción. Para la redefinición del marco normativo del sector y con base en la Ley de Planeación y Transición Energética, se creó el Consejo de Planeación Energética que tiene entre sus atribuciones la planeación del sector. La mejor herramienta para alcanzar los objetivos mencionados es la Planeación y el diseño institucional privilegia esta función al convertirla en vinculante.
Es conveniente acelerar este proceso para asegurar el mejor resultado posible y tener una hoja de ruta que defina las metas, en particular en materia de Gas Natural, como abatir la quema, incrementar el aprovechamiento y la producción y asegurar la disponibilidad con estrategias de almacenamiento, transporte y distribución a través de ductos. Los diferentes actores de la sociedad estamos convencidos de que participar en este proceso de planeación es fundamental. El Colegio de Ingenieros Civiles de México tiene entre sus objetivos y funciones el apoyar al sector público y a la sociedad, en relación con el desarrollo de esta fundamental infraestructura,
por lo que estaremos atentos al desarrollo de este proceso de planeación para poder aportar nuestras experiencias y opiniones.