México cosecha 210 mil toneladas de camarón de granja al año. De esas, Sinaloa se encarga de producir 90 mil, a lo largo de 70 mil hectáreas de espejos de agua que están distribuidos en distintos puntos del estado.

Ahome es el municipio principal con 18 mil hectáreas. Siguen Guasave y Navolato, con 17 mil 500 cada uno; Angostura, con 12 mil; Culiacán, con 10 mil y Elota, con 3 mil, entre otros. Los espejos de agua mencionados son una especie de albercas gigantes de cinco hectáreas en promedio. Imaginen el mismo tamaño que el Zócalo de la Ciudad de México, pero con una profundidad de un metro y lleno de agua.

Sinaloa fue el estado pionero en este tipo de granjas. La primera data de 1886 y el desarrollo se fue dando con poco orden y estructura hasta el día de hoy. Luego vino el boom de Sonora de 2002 a 2013, con una mayor planeación y estructura para algo clave: el acceso a la energía.

Las granjas acuícolas de Sinaloa tienen tres años en camino a la quiebra por distintos factores. Primero: a diferencia de Sonora, en Sinaloa buena parte de las granjas funcionan con diésel. Motores de camión operan para bombear agua y mantenerlas limpias y funcionales con buenos niveles de oxígeno, salinidad y temperatura, como si fueran peceras gigantes. El problema es que el diesel ha subido de precio. Actualmente 7 pesos del precio combustible son del Impuesto Especial de Servicios, conocido como IEPS. Los productores calculan que si fuera eliminado, verían un incremento a su productividad en 14 por ciento.

Segundo: una apertura de comercio indiscriminado, legal e ilegal, que trajo camarón con menores costos. El contrabando del alimento ha entrado al país por todas partes, especialmente de Ecuador, que produce seis veces más que México. Aprovechando su vida de dos años congelado, lo mueven desde el Canal de Panamá hacia Houston y luego a México, o del pacífico de Estados Unidos a través de las fronteras San Diego-Tijuana, y El Paso-Ciudad Juárez.

El tercer factor que ha afectado al sector camaronero de Sinaloa es que durante el gobierno de López Obrador desaparecieron los apoyos para los productores. Denuncian que Conapesca, dependiente de la secretaría de Agricultura, apenas y tiene lo básico para pagar sueldos y que en el austericidio eliminaron los subsidios para el combustible y la larva, que es la primera etapa del camarón.

Todo esto ha llevado a que en el último año se perdieran mil de los 12 mil empleos que genera el sector en Sinaloa. Que de las 70 mil hectáreas de cultivo de camarón se dejaran de sembrar 12 mil.

Y eso que este es solo un problema. También ahí viene el de la sequía y su impacto en la producción del producto estrella en el estado: el elote.

claudio8ah@gmail.com

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