Si nada extraño sucede al final de este domingo, Delfina Gómez ganará la gubernatura del Estado de México y terminará con casi un siglo de hegemonía priista. Con ese escenario calculado, el PAN tiene definido a su candidato a la presidencia en 2024.
Perdió contra Andrés Manuel López Obrador en la elección por la jefatura de gobierno del Distrito Federal, en el 2000. La diferencia fue de tres puntos porcentuales. Perdió contra Felipe Calderón, en la elección interna del PAN, rumbo a la candidatura presidencial de 2006. La diferencia fue de 12 puntos porcentuales. Enfrentó el mismo destino contra Josefina Vázquez Mota, en 2012. La diferencia fue de 49 puntos porcentuales. A pesar de ese historial, al día de hoy, Santiago Creel es el candidato favorito del dirigente panista Marko Cortés.
El arreglo incluye el siguiente orden en la lista para el senado: El primer lugar será para el propio Marko Cortés. El tercero para Ricardo Anaya, que regresará del exilio, después de que el gobierno de López Obrador lo acusó de recibir sobornos en el caso Odebrecht. En el quinto estará Enrique Vargas, que cedió la candidatura del Estado de México a Alejandra del Moral y el séptimo lo tendrá Mauricio Vila, actual gobernador de Yucatán. Esta última podría variar, en caso de que prefiera ir por el primer lugar a la cámara de diputados.
En el párrafo anterior se puede notar la ausencia de números pares. El segundo puesto en el senado sería para Xóchitl Gálvez. Es el seguro deducible que Jorge Romero va a negociar con la hidalguense a cambio de bajarla de la candidatura del gobierno de la Ciudad de México y dejarle el paso libre a Santiago Taboada, actual alcalde de Benito Juárez, envuelto en acusaciones de corrupción por el llamado “cártel inmobiliario”.
Pregunté a las mismas fuentes que relataron lo anterior qué sucedería con Lilly Téllez, otra de las voces que ha levantado la mano para ser la candidata panista. La respuesta fue idéntica: “es pura simulación, la están dejando que se la crea, pero nadie confía en ella”.
En esta historia de arreglos anticipados figura un personaje de poco nombre, pero fundamental en el entramado: Antonio Valladolid Rodríguez. Empresario, exdiputado federal y secretario de finanzas en Baja California, durante la administración del panista Francisco “Kiko” Vega. Ambos enfrentaron denuncias por peculado, cohecho, enriquecimiento ilícito y falsificación de documentos de parte del sucesor Jaime Bonilla Valdez.
Como encargado de las finanzas en aquella época, Valladolid tenía la misión de mover los recursos gestionados por Marko Cortés, quien era coordinador de los diputados panistas a nivel federal. “Mover los moches”, dijeron las fuentes. Ahora, el mismo Valladolid será el encargado de recabar el millón de firmas a favor de Santiago Creel.
Stent:
Claudia Sheinbaum lo está presumiendo: Marcelo Ebrard dejará a Morena. Solo tiene dudas si lo hará con la bendición del Presidente.