“El primer y el tercer mundo son una farsa. Todo es una creación literaria."
JUAN PABLO MENESES
Luego del llamado de atención que hicimos en apoyo a la Casa del Migrante de Tijuana, un SOS sonoro e ilustrativo dirigido a las ausentes autoridades, retomamos el tema que interrumpimos la semana pasada.
En más de cuatro lustros de publicación, nunca habíamos recibido una respuesta tan generosa. Cada semana nuestra colaboración en El Universal genera entre tres y cuatro docenas de amables comentarios; sin embargo, la columna “Primer mundo (I)” tuvo el respaldo de más de un centenar de respuestas puntuales: mensajes, solicitudes, precisiones, presiones, aclaraciones y un sinfín de participaciones de amigas, amigos y lectores, cuya entusiasta y mística participación apreciamos profundamente.
En nuestra entrega anterior, hablamos sobre las definiciones establecidas a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, especialmente con el inicio de la Guerra Fría, cuando el planeta se dividió en tres grandes bloques, clasificación que fue planteada por el genial economista francés Alfred Sauvy en una serie de publicaciones a lo largo de 1952, curiosamente una década antes del nacimiento del escribiente y un cuarto de siglo antes de que escuchara el término por primera vez.
Cuando solicitamos su amable atención, no fue nuestra intención abrir un debate sobre la actual división entre los mal llamados primer y tercer mundo, ni sobre el segundo bloque, identificado con el comunismo o socialismo, cuya existencia hoy resulta más que discutible. Nuestra única intención fue exponer una serie de argumentos para explicar por qué, en este preciso momento de la historia y tras un cuarto de siglo de debate, más de cincuenta visitas al viejo continente y una educación, aunque mínima, basada en la observación, sostenemos lo siguiente: A inicios de 2025, España—la madre patria—es, por innumerables razones, la nación que encabeza el llamado primer mundo.
A continuación, explicamos con una serie de argumentos sencillos, que, por supuesto, están abiertos a discusión y debate. No haremos comparaciones directas; cada quien sacará sus propias conclusiones, no obstante, hay ciertos referentes clave que merecen puntualizarse y que, evidentemente, continuaremos detallando en la próxima entrega, ya que esta ya se ha extendido demasiado.
Los aspectos más relevantes para considerar son los siguientes:
· Seguridad pública
· Seguridad social
· Transporte e infraestructura
· Conectividad territorial
· Ordenamiento urbano
· Costos habitacionales
· Gastronomía
Solo por citar los más evidentes.
En estos rubros España es insuperable, comprobable e incomparable con otros países comúnmente catalogados como parte del primer mundo. Y lo decimos con todo respeto: la Península Ibérica supera con creces a muchos de ellos. Nos consta y lo argumentaremos próximamente, en un entorno donde la cultura y el orden funcionan como motores de integración e inclusión, más allá de gobiernos que, evidentemente, han sido superados por una comunidad participativa, una prensa libre y una ciudadanía informada, formal y con voz propia. Una ciudadanía que habla y actúa con determinación, sin tapujos, como deben hacerlo las mujeres y los hombres de bien, aquellos que aman su tierra con honor, orgullo y entrega. Continuará.
Hasta siempre, buen fin.