"Madrid, Madrid, Madrid

En México se piensa mucho en ti

Por el sabor que tienen tus verbenas

Por tantas cosas buenas que soñamos desde aquí

Y vas a ver lo que es canela fina

Y armar la tremolina cuando llegues a Madrid".

Agustín Lara

Previo a adentrarnos en las entrañas de La Rioja y excepcionalmente en Los Paradores de Santo Domingo de la Calzada y de Santo Domingo de Bernardo de Fresnada - con su generosa venia - nos tomaremos la licencia de exponerles las delicias de otros lugares aledaños, que disfrutamos de forma por demás inesperada; queridas amigas, apreciados amigos, distinguidas lectoras e insignes lectores.

En alguna columna previa les compartimos prístinamente las maravillosas ventajas gastronómicas que ofrecen los vecindarios de algunos Paradores Nacionales, como los particulares casos, del restaurante Atrio en Cáceres, La Orza en Toledo y la Casa de Manolete en Córdoba evidentemente, que por la cercanía de las instalaciones permite, literalmente, llegar caminando en paseos inolvidables desde nuestras sedes.

Pues bien, en esta colaboración deseamos resaltar las mágicas virtudes de La Rioja en general, una vez que celebramos nuestra inolvidable visita a Aro, especialmente a las instalaciones de MUGA.

Lugar bellísimo donde tuvimos el monumental privilegio de conocer, disfrutar y compartir; la mesa, el pan, la sal, las viandas y el mejor vino de la Península, con el más grande anfitrión del norte de España, nuestro ahora entrañable amigo, Don Juan Muga.

Que como el Máximo conquistador que resulta, nos robó el corazón con sus gentiles atenciones de formas y maneras tan finas como elegantes, de esto ya pasaron casi 6 meses y como reza la canción interpretada magistralmente por el tenor continental Don Pedro Vargas, que hoy mismo le cantaré a mi idolatrada esposa GEMY...... "Parece que fue ayer".

Sin embargo, esa, sin duda, es otra historia, que ya les compartiremos algún día, semana, mes o año de este siglo, porque las anecdóticas convivencias se siguen enriqueciendo nutridamente.

Hoy sumadas a un místico grupo de amigos ibéricos, integrados por sus bellas esposas, agradecidos por la máxima categoría de Don Juan Muga y su preciosa familia.

Por cierto, antes de concluir la presente entrega, que para variar ya se alargó por las nostálgicas memorias, finalizaremos con tres lugares imperdibles de la región, que nos depararon experiencias registradas para la posteridad, soñando con VOLVER - como en el melódico tango argentino, que nadie jamás recitará como mi tocayo el inmortal Gardel - a los místicos espacios de; el fosforescente Palacio de Samaniego, el coqueto Hotel Echaurren Relais & Châteux en Ezcaray con su incomparable gastronomía de estrella Michelin y esencialmente a Casalarreina, que atesora en la cocina y excepcionalmente en su vasta bodega de vinos, un secreto de la adorable hija de mi Soberana, la hermosa Vivian, que no sé si me dejaran compartirles, pero como bien dice mi querido suegro Don Valeriano Martínez Loperena.... "Vamos a ver".

A lo que agregaría lo que enfáticamente repite mi amado Papá... "No pasa nada", ambos dos, diría el clásico, en la antesala del noveno piso, afortunadamente, por la gracia de mi Dios Padre.

Continuaremos el próximo sábado, si son tan amables de obsequiarnos su bendita atención, eternamente agradecidos.

Hasta siempre, buen fin.

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