Por: Carlos Corral Serrano

El centro de Naucalpan, uno de los núcleos urbanos más significativos del Estado de México, simboliza un desafío crónico en la gestión y planificación urbana. Año tras año, las administraciones municipales se suceden, pero la transformación del centro urbano permanece como una promesa incumplida. Los gobernantes de turno, a menudo descritos como figuras menores en el escenario político, han demostrado una y otra vez una incapacidad para impulsar cambios reales y duraderos. Este patrón de inacción y la falta de liderazgo efectivo han dejado al centro de Naucalpan en un estado de estancamiento y deterioro que clama urgentemente por una intervención significativa.

El ambicioso proyecto para revitalizar el centro de Naucalpan debiera ser un rayo de esperanza, pero las profundas raíces de la inercia política y administrativa amenazan con socavar cualquier esfuerzo de renovación. A pesar de los planes técnicamente bien fundamentados, la realidad en las calles de Naucalpan cuenta una historia diferente: comercio ambulante desorganizado, infraestructura deteriorada, y un transporte público caótico e inseguro que sigue sin encontrar una solución a largo plazo.

Los planes de reubicación de bases de transporte y el reordenamiento del comercio informal han generado preocupaciones sobre la viabilidad social y económica del proyecto. Los vendedores y operadores de transporte que serán afectados por estas medidas enfrentan un futuro incierto, y sin garantías adecuadas, estas políticas podrían simplemente desplazar el problema en lugar de resolverlo.

El proyecto debe proponer una serie de mejoras, incluyendo la implementación de nuevo mobiliario urbano y la modernización de la señalización y pavimentación. Sin embargo, sin una gestión efectiva y continuada, estas mejoras podrían no ser sostenibles a largo plazo, y el impacto ambiental de las construcciones podría ser significativo si no se manejan adecuadamente los residuos y materiales de construcción.

Es esencial que cualquier proyecto de desarrollo en Naucalpan incluya una estrategia integral que vaya más allá de la mera estética. Es crucial implementar mecanismos que aseguren la participación y el beneficio de todos los sectores afectados, especialmente los comerciantes y usuarios del transporte público. Además, las políticas deben diseñarse no solo para mejorar el presente, sino para asegurar la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo del centro urbano.

El futuro del centro de Naucalpan está en juego. Con la reciente asunción del nuevo presidente municipal, Isaac Montoya Márquez, la comunidad observa con esperanza, pero cautelosa, cansada de promesas vacías y de la falta de progreso palpable. Es imperativo que Isaac Montoya Márquez demuestre con acciones concretas que su gestión no replicará los errores de sus predecesores.

Nos dirigimos directamente al Mtro. Isaac Montoya Márquez, con la esperanza de que liderará con el ejemplo y hará un esfuerzo genuino para revitalizar el centro urbano. Esta transformación es necesaria no solo para mejorar la estética y funcionalidad del área, sino para reactivar su economía y mejorar la calidad de vida de todos los naucalpenses.

Esperamos resultados en breve y confiamos en que su administración demostrará que es posible cambiar el curso de Naucalpan y que realmente se comprometerá con un plan de transformación que sea tanto visionario como práctico. Estamos listos para apoyar en este proceso y contribuir a un futuro donde el centro de Naucalpan se desarrolle y prospere, garantizando que los próximos capítulos en la historia de nuestra ciudad sean de progreso y no de persistente olvido.

Es director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Urbanistas AC

contacto@amu.org.mx

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