Por Jon Goldstein

En la industria de hidrocarburos, el 85% de las emisiones de metano a nivel global provienen del segmento , que abarca actividades relacionadas con la exploración y producción. Reducir sus emisiones durante este proceso es crítico para mejorar la eficiencia energética y frenar el calentamiento global en el corto plazo. El metano es 80 veces más potente que el CO₂en un periodo de 20 años, por lo que su reducción es la herramienta más poderosa que tenemos para lograr un impacto climático inmediato.

Mitigar las emisiones de metano —el principal componente del gas natural— además de ser una medida ambiental, es una decisión que fortalece la eficiencia energética y la estabilidad económica. Cada fuga o evento de quema implica desperdiciar un recurso energético valioso. En este contexto, Pemex, como empresa pública del Estado, puede avanzar hacia una producción energética más limpia y con ello obtener beneficios importantes. Esto se alinea estrechamente con la ambiciosa agenda de la Presidenta Sheinbaum para reducir emisiones en el sector energético, proteger a las comunidades locales y fomentar el crecimiento económico en México.

A pesar de que la cooperación internacional enfrenta desafíos considerables, particularmente debido a los cambios en la política ambiental de Estados Unidos, ya existen prácticas comprobadas que sirven de guía para los países productores de hidrocarburos. Para México, esto representa una oportunidad concreta y estratégica.

Las mejores prácticas internacionales reconocidas por su efectividad ofrecen una hoja de ruta técnica para alcanzar estos objetivos. Un ejemplo claro es la detección y reparación de fugas (LDAR, por sus siglas en inglés), una estrategia sencilla pero poderosa que consiste en monitorear y reparar periódicamente la infraestructura mediante cámaras infrarrojas, drones o sensores satelitales. En Canadá, iniciativas similares de mantenimiento han logrado reducir las emisiones de metano en más del 45%, lo que demuestra que las soluciones prácticas generan resultados concretos.

Otra estrategia de alto impacto es la reutilización del metano. Las fugas de metano representan una pérdida de gas natural comercializable, que puede recuperarse mediante mejores prácticas de captura. Si Pemex establece metas medibles y garantiza transparencia en el reporte de emisiones, fortalecerá su liderazgo ambiental y su desempeño operacional.

Para cumplir con las metas globales de reducción de metano al 2030, tanto empresas públicas como privadas deben disminuir significativamente su impacto. Al mismo tiempo, el sector financiero internacional debe facilitar el acceso al capital necesario y vincular los préstamos a indicadores ambientales medibles que incentiven el compromiso empresarial. Instituciones como el Banco Mundial ya lideran este esfuerzo, y México —a través de Pemex— ha dado un paso importante al a la iniciativa “”, alineando sus objetivos nacionales con las mejores prácticas globales.

México puede ser impulsor del cumplimiento de compromisos internacionales como el (2021). Sin embargo, para que Pemex y otros operadores se posicionen como verdaderos líderes, deben alinear sus acciones con datos confiables y medidos de forma independiente —como los que proporciona el creciente ecosistema de satélites de detección de metano, incluido MethaneSAT— y demostrar avances mediante informes transparentes y reducciones verificables.

Adoptar un enfoque de “aprovéchalo antes de desperdiciarlo” en la gestión del metano no solo protege la salud pública y el medio ambiente, sino que también refuerza el liderazgo de México en la transición energética. Reducir estas emisiones es clave para lograr un clima más saludable y comunidades más resilientes, especialmente aquellas que habitan cerca de instalaciones de petróleo y gas, donde las fugas suelen liberar contaminantes que deterioran la calidad del aire y afectan la salud respiratoria y cardiovascular.

El metano representa una oportunidad poco común en la que convergen beneficios ambientales, sociales y económicos. México debe aprovechar este momento para capitalizar sus avances regulatorios y actuar con decisión. Hacerlo consolidará su posición como referente global en acción climática, al tiempo que fortalece su seguridad energética, su desempeño financiero y su resiliencia económica de largo plazo.

Vicepresidente asociado de transición energética del Environmental Defense Fund

Global Methane Tracker, IEA 2025. Obtenido de: https://www.iea.org/reports/global-methane-tracker-2025/understanding-methane-emissions#abstract

Ídem.

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