Por JUVENAL CORTÉS GONZÁLEZ

Desde hace casi 60 años, el Plan DN-III-E ha sido el estandarte de solidaridad del Ejército y de la Fuerza Aérea Mexicanos; se trata de un instrumento operativo militar que permite a la Secretaría de la Defensa Nacional, actuar de manera rápida, oportuna y organizada, para asistir a los mexicanos ante cualquier situación de emergencia que ponga en riesgo su vida y su patrimonio.

Con este importante plan los integrantes del Ejército, de la Fuerza Aérea y ahora también de la Guardia Nacional, se han hecho presentes en los momentos de crisis que han azotado al país, como sucedió en los últimos años durante la pandemia del Covid-19 y los desastres provocados por los huracanes Otis, John y Erick en las costas de Guerrero y Oaxaca.

Con este contexto, ante las recientes afectaciones provocadas por las fuertes lluvias en los estados de Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz, como siempre lo han hecho, las fuerzas armadas de tierra y aire, brindaron auxilio a la ciudadanía en el máximo pico del desastre, con un despliegue de más de 8 mil efectivos, empleando 3 puestos de mando móviles, 21 aeronaves de ala rotativa, 2 aeronaves de ala fija, 44 unidades de maquinaria pesada, 43 camiones de volteo, 15 tractocamiones, 88 vehículos de 6.5 toneladas, 11 lanchas, 4 cocinas móviles, 5 células de intendencia y 3 plantas potabilizadoras, con lo que realizaron múltiples actividades para resarcir las zonas afectadas y proporcionar apoyo cercano a la población en desgracia.

A este trabajo se sumó la voluntad del sector empresarial y la sociedad misma. El esfuerzo fue titánico en respuesta al tamaño del desastre, en el que cientos de comunidades quedaron aisladas debido al bloqueo de caminos y destrucción de puentes.

Debido a la total incomunicación y difícil acceso en diversas localidades severamente devastadas, la Secretaría de la Defensa Nacional estableció el mayor puente aéreo de que se tenga registro en toda la historia de aplicación del Plan DN-III-E, lo que permitió la evacuación de personas, el traslado de víveres e insumos médicos.

Para los Soldados, Pilotos y Guardias Nacionales, portar el brazalete distintivo del Plan DN-III-E, además de representar una expresión solidaria de deber, encierra un sentimiento humanista, ya que son parte del pueblo mismo; eso es justamente lo que impulsa a las fuerzas armadas a hacerse presentes ante cualquier circunstancia, tiempo y lugar para procurar el bienestar de las familias mexicanas, salvaguardar su integridad y preservar su patrimonio. El estandarte del Plan DN-III-E ha sido, es y seguirá siendo para todos los mexicanos una mano solidaria, un soporte inquebrantable y una luz de esperanza en los momentos de mayor adversidad.

Hoy una vez más se comprueba que, con el esfuerzo de la sociedad, gobiernos y fuerzas armadas, como ha sucedido siempre, las entidades afectadas se ponen nuevamente de pie.

General de Brigada de Estado Mayor Subjefe Operativo del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional

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