Por Gabriel Baldini
El Buen Fin se ha consolidado como uno de los acontecimientos comerciales más relevantes del país. Desde su creación hace 15 años como una iniciativa público-privada, ha logrado fortalecer el consumo interno, dinamizar al sector retail y contribuir a la reactivación económica. Tan solo en 2024, las ventas superaron los 150 mil millones de pesos, de acuerdo con datos de la Concanaco Servytur.
Sin embargo, más allá de las cifras, el Buen Fin se ha convertido en un reflejo de cómo ha cambiado la forma de comprar en México. Lo que comenzó como un fin de semana de compras impulsivas, centrado en el atractivo del descuento, hoy representa un periodo de planeación y análisis, donde los consumidores comparan, evalúan y deciden con base en información.
De acuerdo con un análisis que realizamos desde Soriana, para esta edición del Buen Fin vemos una participación más activa de familias jóvenes y jóvenes, con una fuerte preferencia por productos de entretenimiento (videojuegos, pantallas, video y telefonía), así como productos para el hogar (línea blanca). Además, hay un mayor dinamismo de consumo durante este evento en ciudades clave como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, junto con el Sureste y la Frontera, comportamiento que nos confirma que el Buen Fin sigue siendo un motor clave de compra y modernización para distintos mercados del país.
Como podemos ver, este cambio ha sido profundo. La evolución del consumidor mexicano, más informado, digital y exigente, ha impulsado a las empresas del sector a transformarse. Las estrategias omnicanal dejaron de ser una tendencia para convertirse en una necesidad. Hoy, el comprador puede investigar en línea, verificar precios y opiniones, y concretar su compra donde encuentra la mejor experiencia, ya sea en una tienda física o a través de una plataforma digital. Según la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), siete de cada diez consumidores combinan ambos canales en su proceso de compra durante este evento de descuentos.
Esa nueva realidad exige a las empresas mayor agilidad y coherencia en su propuesta de valor. La integración de inventarios, la consistencia en precios y promociones, y la transparencia en la comunicación son ahora factores determinantes para construir confianza. Del mismo modo, los servicios complementarios, como políticas de devolución flexibles, entregas puntuales y atención personalizada, se han vuelto diferenciales competitivos tan relevantes como el precio.
Otro elemento clave en esta transformación es la relevancia de las promociones bancarias. Los meses sin intereses y las facilidades de pago siguen siendo uno de los motores principales de decisión. El consumidor actual no solo busca un precio atractivo, sino una experiencia completa que combine conveniencia, seguridad y respaldo.
Así, el Buen Fin ya no es únicamente una temporada de descuentos: es una plataforma de competitividad que pone a prueba la capacidad de adaptación del sector. Cada edición revela tendencias, hábitos y expectativas que anticipan el rumbo del comercio en México.
En última instancia, esta evolución nos recuerda que el verdadero valor no reside en vender más, sino en entender mejor. Las empresas que sepan escuchar al nuevo consumidor, anticiparse a sus necesidades y ofrecerle una experiencia integral serán las que marquen el paso en la nueva era del retail mexicano.
Director comercial de Organización Soriana

