No estoy obsesionado con la desobediencia. Estoy preocupado por la obediencia. En México, a pesar de las incurables fracturas, de los interminables saqueos, de la rampante corrupción y de la impunidad como forma de vida de los políticos, la obediencia ciudadana prevalece sobre la desobediencia.
Fromm no ha muerto. Releo su libro, Sobre la desobediencia y otros ensayos (Paidos Studio, México, 1991). Me detengo en La desobediencia como problema psicológico y moral. Publicado en 1981, un año después de su muerte, el ensayo es vigente.
La contumacia del Poder, la ausencia, salvo honrosas excepciones, de ética política y empresarial, cuestionan la idea del progreso. Si el conocimiento y el progreso no se distribuyen, es necesario preguntar y juzgar. En el mundo contemporáneo de la pobreza y en los países donde la esperanza de vida no alcanza los cuarenta años, existe una relación inversamente proporcional entre los frutos del conocimiento/progreso y la realidad. La pobreza atenta contra la ética.
Me recargo en Fromm. Resumo y comento unas ideas. Todas provienen de La desobediencia como problema psicológico y moral.
1. “Reyes, sacerdotes, señores feudales, patrones de industrias y padres han insistido durante siglos en que la obediencia es una virtud y la desobediencia es un vicio”.
2. “Para presentar otro punto de vista, enfrentaremos esta posición con la formulación siguiente: la historia humana comenzó con un acto de desobediencia, y no es improbable que termine por un acto de obediencia”.
3. Fromm empuja: “Los profetas, con su concepción mesiánica, confirmaron la idea de que el hombre había tenido razón al desobedecer; que su ‘pecado’ no lo había corrompido, sino que lo había liberado de las cadenas de la armonía prehumana”.
4. Humanista férreo, visionario incomparable, universaliza su mirada, “Como para el mito hebreo de Adán y Eva, también para el mito griego de Prometeo toda la civilización humana se basa en un acto de desobediencia”.
5. Mucho le debemos a Prometeo: al robar el fuego a los dioses permitió la libertad y sembró el disenso. Fromm cita a Prometeo: “Prefiero estar encadenado a esta roca, antes que ser el siervo obediente de los dioses”.
6. Fromm (1900-1980), escribió los textos que conforman el libro Sobre la desobediencia civil y otros ensayos, poco antes de su muerte. Su rebeldía nunca menguó: “Si la capacidad de desobediencia constituyó el comienzo de la historia humana, la obediencia podría muy bien, como he dicho, provocar el fin de la historia humana”.
7. Fromm, psicólogo social, cree en el ser humano, “El hombre continuó evolucionando mediante actos de desobediencia… además de su evolución intelectual dependió de su capacidad de desobediencia a las autoridades que trataban de amordazar pensamientos nuevos, y a la autoridad de acendrar opiniones según las cuales el cambio no tenía sentido”.
8. “Para desobedecer debemos tener el coraje de estar solos, errar y pecar”.
9. Fromm invita, “Una persona puede llegar a ser libre mediante actos de desobediencia, aprendiendo a decir no al poder… si temo a la libertad no puedo atreverme a decir ‘no”.
10. Desde su condición de socialista/demócrata, remata: “La libertad y la capacidad de desobediencia son inseparables; de ahí que cualquier sistema social, político y religioso que proclame la libertad, pero reprima la desobediencia, no puede ser sincero”.
Fromm: desobediencia como acto ético. Sus ideas retan. ¿Podrá sobrevivir el hombre?, es el título de otro libro de Fromm. Si Marine Le Pen, Trump, Maduro, Netanyahu, Putin y Ortega prevalecen, la humanidad se hundirá más.
Al ilustre pensador le sobra razón: desobedecer y ética caminan de la mano.
Médico y escritor