Imposible priorizar. Hay mexicanos que padecen hambre, otros carecen de vivienda, muchos no tienen agua potable, algunos apenas sobreviven con el salario mínimo, los semaforistas se reproducen por doquier, las escuelas no tienen material, en el IMSS bienestar no hay recursos y el bienestar es mera entelequia, a los investigadores se les castiga, se les retiran subsidios, y, como siempre, un gran etcétera. En el rubro desaparecidos (¿o desaparecidos?), hay consenso: pervivimos, desde la era morenista con un nivel de inseguridad in crescendo.
Carezco de estadísticas, pero, salvo por los políticos asociados con los cárteles criminales, no hay connacional que no esté preocupado por el tema. Ahora, en la época López Obrador y Sheinbaum, el problema ha superado lo sucedido en los tiempos de los sátrapas fugados, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y un montón de políticos ladrones.
La enfermedad de la desinformación, apuesta de nuestros gobiernos, ha perdido valor. Escuchar a los heroicos grupos de familiares es necesario: tanto por el tiempo dedicado como por el horror de ser asesinados; dichos conjuntos denuncian, sin ambages, la realidad de nuestro país. “México líder mundial en desaparecidos podría haber sido el título de este artículo.
López Obrador y Sheinbaum tienen la obligación de responder con prontitud a las demandas de la sociedad sobre inseguridad y asesinatos sin fin por parte de los cárteles mexicanos, cuya fuerza y presencia, aunada a la ineptitud y ausencia de gobierno han invocado nuestra realidad: México es un Estado fallido. ¿Qué opina el gobierno en turno del diagnóstico? A Calderón le molestaba mucho el dictamen. Quizás por eso huyó. Las voces de AMLO/Sheinbaum y sus ex priistas y panistas transformados en morenistas no han sido suficientes.
¿Cuántos ranchos Izaguirres se requieren para enfrentar a los cárteles dueños de nuestro país y responsables de incontables desaparecidos? Las cifras proporcionadas no son creíbles. Son parte de las campañas de desinformación de los gobiernos mexicanos.
Los números son dramáticos. Dramática es la historia de cada familia cuyo ser querido ha desaparecido. Historias de horror, normales en nuestro país. Bajo la égida de Sheinbaum, la Secretaría de Gobernación informó lo siguiente: durante el sexenio actual desaparecen 41 personas cada día. Dentro de ese contexto, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas que publicó la Secretaría de Gobernación el 14 de marzo de 2025, diariamente 28 personas de entre 0 y 17 años se reportaron desparecidas o no localizadas durante 2023. La misma red compartió otros datos: 112,579 niñas, niños y adolescentes han sido reportados en esta situación. Si no “cuadran” las cifras se debe a la incapacidad del gobierno de ofrecer datos correctos o de mentir sin repasar sus mentiras.
Salvador Camarena (El País, marzo 15) acierta: “El campo de exterminio ubicado en el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, condensa el enorme reto que tiene la presidenta Sheinbaum en la agenda de las desapariciones forzadas, tragedia en la que ni su predecesor ni ella dan prioridad a las víctimas”. Y agrega: “La presidenta Sheinbaum propone ir con tiento a la hora de sacar conclusiones sobre lo que pasaba en Teuchitlán, diciendo que no bastan las imágenes ni los testimonios para saber qué sucedió”.
¿Eso espetó Sheinbaum? ¿no le bastaron las fotos de los zapatos y frazadas? ¿acaso requería fragmentos de cuerpos, cabezas o piernas para creer lo que todos en México creemos?
Aunque carezco del término adecuado, desaparecidos podría ampliarse: “desaparecidos por los narcotraficantes gracias a la incompetencia del gobierno”.
Médico y escritor