Quién lo entiende a usted don conservador que se la pasa quejándose de la Cuarta Transformación, diciendo que este gobierno venera la pobreza franciscana y que no quiere que haya ricos, y cuando una mujer, con el fruto de su trabajo, logra hacerse de unas cuantas propiedades, de inmediato le cae a palos.
Recientemente, se ha conocido que Rocío Nahle, quien hasta el año pasado era la secretaria de Energía de la Cuarta Transformación, es dueña de unas casitas. De inmediato, los adversarios del gobierno, los antirevolucionarios se le han ido encima con críticas y descalificaciones.
No puede haber mejor ejemplo de lo que se puede lograr trabajando duro que el de doña Chío. Ella llegó al gobierno con dos propiedades, y en menos de seis años, ya tiene cinco inmuebles. También es un ejemplo de lo que es saber administrar bien el dinero, pues con un sueldo de 1 millón 600 mil pesos por año, logró comprar dos casas, una en Tabasco y otra en Veracruz, con valor comercial de 60 millones de pesos. También, consiguió, en asociación con su marido, comprar un departamento en el exclusivo municipio de San Pedro, en Nuevo León, con un valor comercial de 28 millones de pesos y disfrutar de un departamento en la isla de Manhattan, a solo una cuadras del emblemático Central Park, de Nueva York.
Los conservadores, que no soportan ver progresar a una funcionaria pública, critican que su residencia en Veracruz tenga alberca y que se pueda acceder a ella en yate, o que el departamento en Nuevo León esté en uno de los lugares más fifís del país. Además, no creen que algunas de esas propiedades son del esposo de Nahle y otras más son solo rentadas.
Quienes no se explican cómo ganando 1 millón 600 mil pesos al año se puedan tener propiedades con valor de casi 90 millones de pesos, sugieren que Nahle pudo haber sacado ese dinero de los casi 20 mil millones de dólares que, hasta ahora, ha costado la Refinería de Dos Bocas, y antes de que comience con su cantaleta de que esa refinería aún no refina ni un solo barril y que solo se ha refinado miles de millones de dólares, tiene la promesa presidencial de que ya prontito saldrán de esas instalaciones millones de litros de gasolina, habrá hidrocarburos hasta para regalarle a Cuba.
“Ahora dicen que la refinería de Dos Bocas se está tardando. Sí se está tardando porque no son tamalitos de chipilín o guajolotas o tlayudas, pero ya va a empezar a producir en unos días más y vamos a informar sobre todo”, dijo este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia “mañanera”.
Pero, dejemos de lado los tamales y regresemos al tema de los inmuebles de Nahle. Es imposible que esas casas y departamentos haya salido de moches o transas provenientes de la construcción de Dos Bocas, y le digo que es imposible, porque cuando Nahle aceptó el cargo de secretaria de Energía, prometió no mentir, no robar y no traicionar, así que no tiene nada de qué avergonzarse. Y, aún más importante, no hay ningún tema legal o moral que le impida ser la próxima gobernadora de Veracruz, y aunque ella no es veracruzana, sino zacatecana, seguramente logrará que cada habitante de ese estado tenga, al menos dos o tres propiedades, ella sabe cómo hacerlo.
Y el de Rocío Nahle no es el único ejemplo dentro de la Cuarta Transformación del buen manejo de las finanzas personales y de una gran visión inmobiliaria. Recordará el caso de la conspicua exsecretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. Doña Irma, la encargada de combatir la corrupción en el primer tramo del actual gobierno era buena para eso de los inmuebles. Sandoval logró adquirir seis propiedades, y todas ellas fueron pagadas de contado. El costo total de los inmuebles, a valor comercial, alcanza los 60 millones de pesos. De inmediato los enemigos de la transformación, los neoliberales se lanzaron contra la funcionaria y denunciaron que solo en nueve años logró amasar esa fortuna inmobiliaria, cuando la mayor parte de ese periodo ella y su esposo solo percibían sueldos como investigadores de la UNAM. Nada se comprobó y doña Irma hoy está fuera del gobierno, pero no dude que en este tiempo haya comprado ya otras propiedades.
Otro caso de infames señalamientos contra un funcionario de la 4T, es el de Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad. Es verdad que, en sus mocedades priistas, don Manuel pudo haber cometido alguno que otro pecadillo electoral, pero ya en su madurez entró al camino luminoso de la Transformación y quedó absuelto de todas sus culpas. A don Manuelito se le achaca la propiedad de, al menos 23 casas de lujo, ubicadas en las zonas más caras del valle de México, así como dos terrenos. La prensa fifí ha publicado que Bartlett se ha valido de un esquema de familiares, empresas y presuntos prestanombres, para levantar un imperio inmobiliario con un valor aproximado de más de 800 millones de pesos.
Señalan que, en su declaración patrimonial, don Manuelito solo dijo ser dueño de dos edificios y tres locales y tener una fortuna de 51 millones de pesos, pero eso no tiene nada que ver con la corrupción o con la intención de querer esconder su patrimonio, sino que puede ser solamente un caso de mala memoria. Bartlett tiene tantas cosas en la cabeza y trabaja tanto para que México tenga una independencia eléctrica que pudo olvidar declarar alguna que otra propiedad, pero eso nada tiene que ver con algo ilegal.
Y los casos de Nahle, Irma Eréndira y Bartlett, se suma el del hijo del presidente, José Ramón López Beltrán. Este inocente muchacho, que no molesta a nadie y que solo quiere vivir una vida tranquila, lo satanizaron por vivir en una residencia en Houston, Texas que le fue rentada a su familia por un contratista de Pemex. Los conservas se ensañaron con la criatura solo porque en los cuatro primeros meses en que habitó la residencia, propiedad de un ejecutivo de la empresa Baker Hughes, esa firma obtuvo 27 contratos Pemex con un valor, según información publicada en medios, de 150 millones de pesos. Pero, qué tiene que ver una cosa con otra.
Qué tiene que ver que José Ramón rente una residencia a un funcionario, con el hecho de que la empresa para la que trabaja ese funcionario reciba contratos millonarios de una empresa del Estado, que es gobernado por su papá. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Y no faltará quien viendo estos cuatro casos pueda sugerir que en la Cuarta Transformación opera un cártel inmobiliario, o varios, pero ese es un señalamiento vil que no se sostiene, se trata de mujeres y hombres que con su esfuerzo y de manera honesta han construido su patrimonio y viven de manera austera y en la justa medianía. ¿O usted tiene otros datos?
ME CANSO GANSO. - 3 de mayo Día Mundial de la Libertad de Prensa
Andrés Manuel López Obrador, 29 de febrero de 2024: “Somos respetuosos de la libertad de prensa, de la libre manifestación de las ideas. ¿Cuál represión? ¿Cuál represión? Si nosotros somos respetuosos de la libertad de prensa, de la libre manifestación de las ideas”. Este Arlequín tiene otros datos.