Por qué tanta chilladera por el exterminio del Inai.
Sí, es cierto que este órgano autónomo se encargaba de garantizar que el gobierno entregará la información pública que los ciudadanos demandarán, pero no se ha perdido nada.
Esos órganos autónomos quizá son necesarios en países en los que sus gobiernos roban, mienten o traicionan, pero no en México, al menos no en el México de la Cuarta Transformación.
Primero, es necesario saber qué es, y qué hace, el hoy occiso Instituto Nacional de Transparencia (Inai). Le explicó querida lectora, querido lector, con dos ejemplos sencillos. El primero: usted quiere saber qué empresa o persona recibió de Pemex un contrato por mil millones de pesos. El Inai garantiza que Pemex cumpla con la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y el entregue la información sobre los beneficiarios del contrato de los mil millones de pesos. El segundo: usted como derechohabiente del Seguro Social solicita su expediente médico para llevarlo ante un doctor para que le dé una segunda opinión sobre su padecimiento, el Inai obliga al IMSS a que le entregue en un su expediente.
Ahora que tiene una idea básica de una de las funciones que tenía el Inai, estará usted de acuerdo que este tipo de institutos autónomos no son necesarios en el México actual, dónde todo es más claro que el agua. Pemex estará encantado de darle, sin problema alguno, santo y seña de los ultra millonarios contratos que suscribe con empresas y particulares, ya que los paga con recursos públicos, es decir con nuestro dinero, el dinero del pueblo que es sagrado.
Y además, las funciones que tenía el autónomo Inai, serán absorbidas por una dependencia del gobierno federal, que en breve nacerá y se llamará, nada más, nada menos que “Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno”, que estará bajo el mando de Raquel Buenrostro, una excelente servidora pública que goza de todas las confianzas del hombre que en seis años acabó con la corrupción en México, y que es más transparente que un cristal de Baccarat, el nunca suficientemente extrañado Andrés Manuel López Obrador.
Así que no hay porqué llorar, al contrario, usted debe estar feliz, feliz, feliz, pues ahora será el gobierno federal, la bendita Cuarta Transformación, la que se encargará de garantizar la transparencia y el acceso a la información pública, y por si eso no fuera suficiente felicidad, además se ahorrará el gasto en un órgano autónomo, que fue creado durante el periodo neoliberal.
¿Usted no va a desconfiar del gobierno verdad? Desde luego que puede jurar por lo que usted más quiera que el gobierno le dará toda la información que usted la solicite, pues no hay nada que esconder, ni modo que alguien quiera beneficiarse con la obtención de obras y contratos pagados con dinero público, si en México la corrupción se acabó el sexenio pasado. Qué necesidad de que un árbitro vigile que no se haga trampa, si las trampas son cosa de la historia antigua en México, esas prácticas pertenecen al lejano pasado, al año 2017 a. de A. (antes de AMLO).
Pero suponga que algo falla y que por alguna rara razón el gobierno le negara la información, a la que usted, como parte de sus garantías, tiene derecho a acceder. Pues, en ese caso tiene la confianza de que existe la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a la cuál puede recurrir para recibir ayuda para que lo apoyen, y que le sea entregada toda la información que necesite.
Recuerde que al frente de la CNDH está Rosario Piedra, quien podrá haber tenido las peores calificaciones en el Senado durante proceso de selección para presidir la Comisión, pero en contraste, tiene muchos amigos en el gobierno y en el partido que le podrían hacer el favor de entregarle la información que usted requiera. Recuerde que es mejor tener amigos y contactos en la 4T que dinero.
Y aún más, vámonos a un escenario prácticamente imposible: le negó la información pública el gobierno y le falló la CNDH, pues no todo está perdido, aún le queda un camino.
A partir del próximo año, si a usted alguien osa negarle acceso a la información pública, podrá acudir con uno de los nuevos jueces, magistrados o ministros de la Suprema Corte que serán electos por voto popular.
Así como lo lee, quizá su vecina, su carnicero de confianza, o su compadre Ramón, que le sabe a la mecánica y a eso de las leyes, podría ser la jueza o juez encargado de emitir un fallo a su favor y exigir, a quien le esté negando la información, que se la entregue a la brevedad.
Como verá, todo en la 4T está construido como una muy sofisticada maquinaria, en la que si una pieza falla, el movimiento no se detiene y sigue funcionando a la perfección.
Así que no gaste lágrimas en llorar a un organismo autónomo como el Inai, cuando tiene un gobierno como el de la 4T que da bienestar a todos, que nunca le mentirá, y que nunca jamás, le negará su derecho a la información, se trata de una transformación pacífica, pero sobre todo, cristalina.
ME CANSO GANSO. – El perro de la tía Cleta.
En estos días en los que la presidenta Sheinbaum ha tenido que salir a bajar los humos de algunos de los miembros de la 4T, que primero salieron muy bravos y luego regresaron chillando y con la cola entre las patas, vine a la mente el perro de la tía Cleta, aquel que el día que ladró le rompieron la jeta. Vaya guantazo que soltó la Presidenta a un arrogante legislador del movimiento.