La CIA, la DEA y el FBI tienen en México a un agente encubierto encargado de investigar y revelar la corrupción de la Cuarta Transformación, su nombre clave es: Superagente Alito.
La misión para reclutar a este superagente no fue nada sencilla, pues para poder sumergirse en las cloacas de la 4T tuvieron que sacar a alguien de las cloacas del PRI.
Elegir a una persona que supiera de primera mano qué es la corrupción y que, además, fuera bueno para el descontón en caso de que fuera necesario llegar a los golpes.
Y luego de descartar a varios buenos candidatos, Alejandro, su nombre real, se convirtió en el Superagente Alito. Una vez entrenado y equipado hasta los dientes, las agencias de inteligencia de Estados Unidos soltaron el terreno a su nuevo hombre en México.
Así como James Bond, el Agente 007, se transportaba en su Aston Martin y Maxwell Smart, el Superagente 86, lo hacía en su Sunbeam Tiger, el Superagente Alito cuenta con sus dos McLaren, un 720S y un 650S, ambos configurados para poder huir de cualquier peligro. Cada uno de estos vehículos cuesta alrededor de 6 millones de pesos, mismos que él pagó de su bolsa con el honrado fruto de su trabajo político.
Además de los autos, el Superagente Alito cuenta con sofisticados equipos de comunicación, como un zapatofono y un reloj comunicador -similar al que usaba El Santo para comunicarse con Blue Demon—, con los cuales mantiene un contacto directo y seguro con sus jefes en la inteligencia de los Estados Unidos.
Como todo buen agente encubierto, el Superagente Alito tiene la capacidad de transformar su rostro para poder despistar al enemigo, y por ello, este héroe no teme echar mano de cualquier cirugía o aplicación de Botox para transformar su rostro.
Al igual que sus colegas 007 y 86, el Superagente Alito viste elegantes trajes y es el azote de las mujeres bellas.

En poco tiempo, la eficiencia del Superagente Alito ha quedado demostrada, en solo un año de pesquisas ha logrado desvelar la existencia de una peligrosa, y hasta ahora desconocida, organización criminal, denominada El Cártel de Macuspana.
En días pasados, las investigaciones ultrasecretas del Superagente Alito se tradujeron en acusaciones. Entregó información a la DEA, el FBI y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sobre los presuntos vínculos del senador morenista y exsecretario de Gobernación en el sexenio del presidente López Obrador, Adán Augusto López, con el crimen organizado.
Además, proporcionó información sobre actividades ilícitas que involucran a ciudadanos mexicanos ligados a funcionarios del actual gobierno que trabajan para el crimen. Entre los delitos denunciados por el Superagente Alito están los de funcionarios y otras personas que “parecen estar involucradas en una organización criminal” dedicada a robar petróleo crudo en México, transportarlo a Estados Unidos para su procesamiento y reimportar el producto refinado al país”.
El implacable superagente no dejó títere con cabeza y entregó a las autoridades de los Estados Unidos una radiografía de los presuntos integrantes de lo que él denominó como el Cártel de Macuspana, todos ellos relacionados con Morena. En ese informe colocó al expresidente AMLO como la cabeza en el organigrama, y debajo de él a los gobernadores de Sinaloa, Rubén Rocha; de Tamaulipas, Américo Villarreal y de Sonora, Alfonso Durazo.
Denuncia también como miembros de la organización al exjefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo; el exsecretario de Marina, José Rafael Ojeda; Hernán Bermúdez, líder de “La Barredora”; así como los hijos del expresidente José Ramón y “Bobby” López Beltrán, entre otros.

Desde luego, como buen mexicano, el Superagente Alito también hizo estas denuncias en México ante la Fiscalía General de la República, pero ante la sospecha de que pudieran ser ignoradas, no arriesgó la misión y se aseguró de denunciar ante el gobierno de Donald Trump.
El Superagente Alito se une al selecto grupo de patriotas que han conformado una fuerza que está ayudando al gobierno de los Estados Unidos a acabar con el crimen en México y el mundo. En esas filas está el agente Joaquín Guzmán López, quien cumplió con la misión de capturar y llevar a los Estados Unidos al narcotraficante más buscado, Ismael “El Mayo Zambada”. Está también Ovidio Guzmán López, alias el Ratón, que al igual que su hermano Joaquín encabezaban el cártel que heredó su padre Joaquín “El Chapo” Guzmán. Ovidio, según algunos reportes, ha entregado informes al gobierno estadounidense sobre el Cártel de los Soles, que, a decir de Washington, es encabezado por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.Alito, Joaquín, Ovidio, ¡pura gente del señor Trump!
ME CANSO GANSO. – ¿Y pronto el agente Bermúdez?
Quizá no esté lejano el día en que el exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, sea reclutado por los Estados Unidos para que entregue a sus jefes políticos y todos los datos sobre las operaciones del grupo criminal “La Barredora”. Todo listo para enrolar al Superagente Bermúdez.

