Con la reforma constitucional que en derechos humanos se publicó en el D.O.F. del 10 de junio de 2011, dio lugar al nacimiento del actual sistema de protección integral a los derechos de las víctimas del delito y a las víctimas por las violaciones a los derechos humanos (sistema victimal).
Su primera legislación se publicó en 2013 (Ley General de Víctimas). A partir de aquel año, no se ha percibido su crecimiento de manera importante, lo cual no podríamos presumir que ha sido exitoso del todo, aunque hay muy pocos motivos para festejar, tampoco podríamos decir que ha fracasado en su totalidad.
Sin embargo, socialmente no se le tiene fe, pues las víctimas en México siguen estando en desventaja, ya que el Estado todavía no logra protegerlas tal y como lo establece nuestro propio sistema constitucional y legal y más aún, podríamos decir que está muy lejos su consolidación de lo que exigen los tratados internacionales en los que México ha firmado en este rubro: tanto del sistema interamericano como del sistema universal; Y eso, si es preocupante.
El sistema victimal en México, surge como un reclamo de las organizaciones civiles y de la exigencia internacional, pues un país democrático como el nuestro, tiene su base fundamental en el respeto a los derechos humanos, quien los violente, tiene que enfrentar a la justicia y los afectados, tienen que ser protegidos y reparados de manera integral por sus agresores e incluso por el Estado, lo cual no se ha logrado todavía.
Las víctimas en México, antes de junio de 2011, eran invisibilizadas, se protegía demasiado a los agresores, a raíz de que se creó este sistema hace 10 años, el Estado mexicano, creó todo un conjunto de instituciones y leyes, para protegerlas.
Se empezó con la reforma constitucional en derechos humanos, reformándose el artículo 1º., 17 y 20 de la Constitución federal, entre otros; luego se crea la Ley General de Víctimas, se reforman las constituciones estatales y se crean también leyes reglamentarias con el mismo objetivo, así como también instituciones como la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas tanto en el ámbito federal como estatal, pero a pesar de estos cambios, no se han obtenido los resultados deseados, pues sigue habiendo mucha inconformidad con el sistema.
Lo anterior se traduce en una falla sistémica en la consolidación del sistema victimal que debe mejorar y que se está trabajando en su consolidación, todavía no ha sido exitosa, tampoco podríamos decir que ha fracasado, sin embargo, a 10 años de su implementación, se necesita reforzar con estrategias adecuadas por parte del Estado y la participación de la sociedad civil, para lograr eficientar el sistema, pues no es posible, que sigamos en este nivel de abandono a las víctimas.
¿Qué es lo que hace falta para tener un buen sistema victimal?
Lo primero es, que haya voluntad política para enfrentar el problema, crear políticas públicas eficaces para conseguir los resultados deseados y, sobre todo, hacer un análisis profundo de lo que cuesta hacer efectivo el sistema, y esto se tendrá que reflejar en los presupuestos federales y estatales que aprueben las legislaturas, ya que, si se sigue simulando que se da a presupuesto, pero que se sabe, que no es el suficiente, el sistema victimal no tardará mucho, para que se vea su fracaso.
Hace falta capacitación de todas las autoridades de los diferentes niveles que lo están implementando, dotar de autonomía e independencia al sistema victimal, una ayuda interoperable de todas las instituciones implementadoras y autoridades federales y estatales y también la eficaz intervención de la sociedad civil organizada.
Es importante, adoptar las mejores reglas y buenas prácticas que se utilizan en el ámbito internacional para mejorar las condiciones de las víctimas y evitar que vuelvan a sufrir el mismo daño, sobre todo, se deben implementar mecanismos adecuados para prevenir, investigar, sancionar y reparar los daños de forma integral.
Uno de los aspectos importantes para resolver esta problemática, es que la estrategia que se implemente, se tiene que monitorear de manera permanente y así poder lograr un avance significativo en el sistema de su protección.
La eficacia o el fracaso en la implementación de este sistema impacta en todos los quehaceres de la vida pública y privada, por lo tanto, es importante hacer un esfuerzo por hacerlo debido y que si se hace el sistema resultará exitoso.
Es necesaria entrar a una segunda etapa en la consolidación del sistema victimal y poner metas firmes para que en un lustro tengamos un avance significativo en la protección real a los derechos de las víctimas del delito y a las víctimas de sus derechos humanos en nuestro país. Es un mandato de la Constitución y por esa sola razón, es suficiente para que el sistema funcione.