Esta semana, tal vez, será la más importante de cara al próximo Mundial para Javier Aguirre y su Selección. Suena muy exagerado, pero no lo es. El rumbo del proceso podría definirse en estos mismos días.
La Liga de Naciones de la Concacaf se ha convertido en una piedra en el zapato del futbol mexicano.
Nunca se ha ganado y es uno de esos torneos peligrosos, porque no da mucho, pero sí quita de manera abundante.
En lo deportivo, seguramente será la última vez que el Vasco cuente con equipo completo en un torneo oficial, antes de la Copa del Mundo de 2026.
En verano habrá Copa Oro, pero también Mundial de Clubes, y los torneos FIFA tienen prioridad sobre el resto.
Entonces, de entrada, los futbolistas de Rayados, León y Pachuca no son convocables. A eso hay que sumarle que los equipos podrán contratar hasta a seis refuerzos, lo cual podría achicar el margen de maniobra de Aguirre.
Si Luis Ángel Malagón, Ramón Juárez, Alexis Vega o Jesús Angulo aceptaran ir al Mundial de Clubes, nadie podrá hacer nada para impedirlo. Todo es hipotético, por supuesto, ya que falta que los “inviten” y que tanto ellos como sus clubes acepten.
Pero todo puede pasar y, por eso, aumenta la relevancia del duelo del jueves contra Canadá (más vale ir con pies de plomo y no pensar en la final antes de tiempo).
¿Un mal resultado en la Liga de Naciones puede significar el final del ciclo Aguirre-Márquez? No. Sólo una hecatombe, como perder feo contra los canadienses y caer en el juego por el tercer lugar, podría generar un cisma.
Ahora bien, no ganar la Liga de Naciones provocará que se llegue a la Copa Oro con varios raspones. Si México no se corona en la Liga de Naciones y tampoco en la Copa Oro, ¿qué pasa?
Esa es la pregunta del millón. Obviamente, es imposible responderla a priori. Pero ojo, que esta nueva época del futbol mexicano está marcada por la desesperación y la falta de paciencia.
Tras el fracaso en Qatar, ya se fueron dos máximos jerarcas de la Federación Mexicana de Futbol y dos entrenadores. Diego Cocca duró un suspiro y a Jaime Lozano, no ganar la Liga de Naciones y la paupérrima Copa América, le costaron la chamba.
A Cocca lo nombraron en febrero de 2023. A Lozano, lo corrieron en julio de 2024. En menos de año y medio, se echaron a dos entrenadores. Aguirre tiene ocho meses en el cargo y eso ya no significa nada en nuestro país. La Copa de 2026 está a la vuelta de la esquina y seguimos pagando los platos rotos del fracaso en Qatar. Nada mejoró y, si los resultados no acompañan esta semana, todo podría empeorar. No olvidemos que siempre hay más para abajo.
Adendum. “Les vamos a ganar los tres partidos”, me escribió Knut, en referencia a la tercia de duelos entre el América y el Cruz Azul. Me dio pena contestarle.
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