El timing lo es todo (ustedes disculparán el anglicismo). Los momentos en la vida son trascendentales y se deben aprovechar.
En el deporte, esos estados de gracia, toman mayor relevancia que en la vida diaria. ¿Cuántos atletas hemos visto alcanzar el máximo de su curva de rendimiento en el instante equivocado? Y, por otro lado, ¿a cuántos “desconocidos” hemos visto aprovechar su tiempo bajo los reflectores?
En 2003, Ana Gabriela Guevara alcanzó el cenit de su carrera.
La mexicana era invencible, pero un año más tarde no logró conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.
La otra cara de la moneda la vivió Salvatore Schillaci, quien llegó al Mundial de Italia como el último de los seleccionados azzurri y se fue como campeón de goleo.
Gianluca Vialli y Andrea Carnevale no estuvieron a la altura y el Toto no dejó pasar la oportunidad. Después, poco y nada del Salvatore de la Patria.
Todo lo anterior es para hablar de Raúl Jiménez, quien —sin lugar a dudas— está de regreso. Sus 10 goles en la temporada de la Premier League, más otros dos en copas y el nivel mostrado con la Selección Azteca, lo confirman.
El examericanista es el mejor futbolista mexicano en la actualidad.
El problema es que el Mundial se disputará hasta el próximo verano, y con Jiménez esta película, penosamente, ya la vimos.
El Mundial de Qatar parecía que sería SU Mundial. A finales de noviembre de 2020, mientras brillaba con el Wolverhampton, sucedió el accidente que lo marginó de la cancha durante meses y le acarreó (por la misma falta de actividad) tantas otras lesiones que evitaron que fuera el “patrón” del cuadro nacional durante la copa invernal, que terminó con México fuera en fase de grupos.
¿Qué habría pasado con Jiménez sano y al nivel de 2020? Seguramente, el equipo de Gerardo Martino no habría hecho ese papelón histórico.
Raúl Jiménez nunca ha anotado en una Copa del Mundo.
El de Tepejí disputó tres Mundiales y nunca fue titular en un partido. Aunque usted no lo crea, no sabe lo que es festejar un gol en el máximo escenario. Entre Brasil, Rusia y Qatar, acumuló 116 minutos en la cancha.
No sé a ustedes, pero para uno de los futbolistas mexicanos con mejor trayectoria, suena a nada. Ojalá esto sea sólo el inicio del repunte de Jiménez y, en el verano de 2026, lo veamos desquitarse por fin de la maldita Copa Mundial.
Adendum. “Ya nos metió gol Sergio Ramos”, me escribió Knut el sábado.
No sé si fue con un orgullo morboso o enojo, pero la realidad es que Ramos —por arriba— se muere de la risa aquí.