En recuerdo de Paquita la del Barrio.


Decían sus malquerientes que don Manuel Bernardo Aguirre tenía dos ilusiones en la vida: ser gobernador de su estado y concluir su educación primaria. Logró la primera, llegó a ser gobernador de Chihuahua. Tenía un estilo peculiar, aunque no original, de hacer política. A la gente con la que interactuaba procuraba hacerle su colita y cuando lo creía necesario, se las pisaba.

Ante los escándalos por su ostentosa forma de vivir y su quehacer político heterodoxo, para decirlo suavemente, el diputado Pedro Haces —ex priista por más de 30 años que, como tantos otros, saltó a Morena en el momento oportuno— admite: “todos tenemos cola, pero la mía es pequeña, de hámster”.

Empresario-sindicalista ha acrecentado su fortuna y su poder al amparo de la Cuarta Transformación. Actualmente es secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Seguridad Privada, Vigilancia, Traslados de Valores, Manufacturas de Equipos de Seguridad, Limpieza y Mantenimiento, Similares y Conexos de la República Mexicana (no es broma, así se llama su sindicato) y es secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).

Haces, un ejemplo excelso de la superioridad moral de la nueva clase gobernante, disfruta desde primera fila corridas de toros en Sevilla o Madrid, acude a Miami al Gran Premio de Fórmula 1 y a Las Vegas a cuidar sus negocios; porta relojes con valor de varios millones de pesos sin descontar las francachelas que organiza en su rancho del Ajusco y sus traslados en avión o helicóptero privados.

Según refiere la investigación de Eduardo Buendía, de Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, Haces ha sido señalado por robo, extorsión y corrupción (en su momento, el diario Reforma reportó su detención en 1998 y denuncias en su contra en el 2000 por extorsión y venta de protección).

Durante la administración de Javier Duarte (aún en prisión por lavado de dinero y asociación delictuosa) obtuvo contratos por casi 500 millones de pesos para una de sus empresas que ofrece servicios de seguridad, limpieza y mantenimiento; con la bendición de López Obrador obtuvo contratos con el Tren Maya.

Mientras el santo patrono del Movimiento predica la austeridad republicana, este personaje que parece salido de una comedia del cine mexicano de los años cuarenta, se exhibe como bon vivant. Y Ricardo Monreal, otro político de cola muy larga, sin el menor recato lo convierte en su brazo derecho en la operación política de la Cámara de Diputados.

Astuto, apenas la semana pasada consiguió una audiencia privada con el Papa Francisco en el Vaticano que, ha de creer, lo purifica. Lo cierto es que ayer el Sumo Pontífice fue hospitalizado en Roma para atender una infección que contrajo recientemente, quizás producto de los riesgos que porta el hecho de no reservarse el derecho de admisión.

@alfonsozarate

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