Donald Trump acentuará el curso depredador del capitalismo global en esta etapa de redefiniciones estratégicas y cambios civilizatorios (tecnológicos, ambientales, económicos, militares, políticos, sociales).

Trump integra Bloque de Poder Imperialista (oligarquía financiera-militar-energético-digital), de cultura ultraconservadora legitimada electoralmente para seguir desregulando y privatizando a fuerzas, el poder militar oculto tras una retórica intimidante, “libertaria” y un nacionalismo racista.

Quiere una desglobalización “bajo control regional” que parchará el libre comercio con aranceles pero avanzará con inteligencia artificial (IA) en la “libre desinformación”, el militarismo global (Elizalde, , 15/01/2025) y el quebranto de Derechos Humanos.

Apuesta a su poderío digital, pero el último desplome de su Bolsa de Valores (27/01), confirma que China lo vulnera con la App de IA “Deep Seek” (competidora de ChatGPT), que costó menos por usar chips comunes, es de menor costo operativo, transparente y de acceso gratis (Michael Roberts Blog, 01/28/2025).

Con discurso y prácticas neo-nazis aterrorizantes (REDH digital, 11/09/2024), focalizan a estudiantes pro-palestinos, ecologistas, burócratas, gobernantes estatales y locales disidentes, periodistas, iglesias y escuelas santuario, migrantes y refugiados, porque integran la red de contrapesos internos que odian y temen.

Su agenda, el “Proyecto 2025” de la Heritage Foundation, el director la vende como “segunda revolución no-violenta” de EU: propone usar al ejército como policía, asediar y deportar migrantes para controlar mejor, achicar servicios públicos corriendo sindicalistas sustituidos con republicanos confiables.

Y sigue: bajar impuestos a las corporaciones, usar aranceles como “protección”, desregular más la educación, el ambiente y la salud, priorizar al ejército en el presupuesto y desarrollar nuevas armas (Sforza/07/03/24, ; y Robinson, 2024, ). En síntesis: someter adentro y predominar afuera.

Al filo de dos derrotas político-militares extra-regionales (Ucrania y Palestina), en Latinoamérica, Trump pretende el unilateralismo para poner, quitar o someter países con recursos energéticos (Venezuela, México, Colombia, Cuba, Ecuador), minerales (México, Bolivia, Perú), agrícolas (Argentina, Brasil, Colombia) o con poblaciones educadas y de bajos salarios (México, Cuba), con rutas comerciales y logísticas claves o potenciales (Panamá, Nicaragua, Perú, México).

Quiere sacar a los competidores externos (China-Rusia); disolver los acuerdos sub-regionales (ALBA, ATP, MERCOSUR) e imponer su “libre comercio”; legitimar la lucha militar rebautizando bandas como narcoterroristas y migrantes como criminales. Su bagaje: difundir mentiras digitalizadas, amenazas, sanciones, golpes suaves, descalificar opositores para ganar elecciones y gobernar.

Sólo agravará problemas que debilitaron a EU y a Latinoamérica (burbujas e inestabilidad financieras, excesivo gasto militar, rezago tecnológico, baja productividad, crecimiento lento, inflación, desajustes comercial y fiscal, infraestructura decadente, deterioro ecológico).

México es un contrapeso con larga historia anti-imperialista, a recuperar en estos tiempos de crisis civilizatoria y peligros para la paz mundial. Trump profundizará su declive y la era de la solidaridad y las movilizaciones antinazis.

Experto en economía internacional e integrante del Centro de Análisis de Coyuntura, Económica, Política y Social, CACEPS.

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