Este próximo 1 de mayo, en el marco de la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, se cumplen 6 años de la publicación del Decreto por el que se reformaron diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo (LFT); una reforma amplia, histórica y profunda, cuyo sustento jurídico partió de la defensa de los derechos fundamentales de la clase trabajadora de nuestro país. La reforma estuvo basada en 3 pilares: un nuevo modelo de justicia laboral, la creación del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) y el reconocimiento de la libertad y democracia sindical. Este último, implica que las personas trabajadoras podrán participar al interior de su sindicato mediante el voto personal, libre, directo y secreto en relación con la elección de sus dirigentes nacionales y la aprobación de su contrato colectivo de trabajo y respectivas revisiones.

Además de la elección de directivas sindicales, la LFT contempla diferentes procedimientos en los que las personas trabajadoras podrán manifestar su voluntad mediante el voto personal, libre, directo y secreto. Entre ellos, encontramos la contienda para la obtención de la Constancia de Representatividad y la legitimación de Contratos Colectivos de Trabajo.

Al tratarse de procedimientos relativamente nuevos, es importante la difusión que el CFCRL y los sindicatos hagan de los mismos, es decir, que ambos se ocupen de compartir la información suficiente, clara y oportuna para llevarlos a cabo; empero igual de relevante es la propaganda que los candidatos y miembros sindicales realicen en relación con dichos procedimientos. Sólo con la mayor transparencia y cobertura informativa, los trabajadores podrán tomar las mejores decisiones para su desarrollo personal y familiar.

En México, la libertad de expresión y la propaganda sindical son elementos clave para garantizar una vida democrática en el ámbito laboral. Estos derechos están reconocidos tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como en tratados internacionales firmados por el Estado mexicano. La Ley Federal del Trabajo (LFT) establece claramente que los sindicatos tienen el derecho de promover sus objetivos, informar a los trabajadores, y participar en la defensa de sus intereses sin injerencias indebidas del patrón ni del Estado.

Derivado de lo anterior, cobra importancia reconocer la necesidad urgente que tienen las organizaciones sindicales, para desarrollar nuevos modelos de difusión y comunicación, que hagan eficiente la propaganda sindical y modernicen todas las formas en las que un sindicato comunica su mensaje: boletines informativos, carteles, redes sociales, asambleas, marchas y otras formas de expresión. Su propósito es informar a los trabajadores sobre sus derechos, fomentar la organización sindical y defender mejores condiciones laborales.

En el marco del nuevo modelo laboral mexicano, que busca garantizar la negociación colectiva auténtica y la democracia sindical, la propaganda sindical cobra un papel aún más relevante como instrumento para empoderar a los trabajadores. De hecho, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha reconocido que la libertad de expresión en el contexto sindical debe gozar de una protección reforzada, ya que está vinculada a derechos colectivos de participación y organización.

A pesar de que se ha reforzado el marco normativo en la materia, existen retos a superar, ya que no podemos ignorar que en la práctica aún persisten casos de hostigamiento, represalias o despidos injustificados contra trabajadores que ejercen su derecho a la expresión sindical. Y en otros muchisimos casos más, ni siquiera se ha consumado el acto de libertad sindical, gracias a la existencia de sindicatos de protección patronal que mantienen fuerza y protección política. La implementación de la reforma laboral de 2019, que introdujo el voto personal, libre y secreto para la elección de dirigencias y la aprobación de contratos colectivos, busca revertir estas prácticas y fortalecer la participación democrática en los centros de trabajo. El camino aún es largo, faltando por el lado de los trabajadores y organizaciones, mucha mayor educación y compromiso sindical y por lo que corresponde a las autoridades, incrementar la inspección federal en materia laboral, dar mayor claridad a los procedimientos y procurar la resolución expedita de asuntos laborales y sindicales.

La posibilidad de que los sindicatos se expresen libremente fortalece la negociación colectiva, la defensa de condiciones laborales justas y el equilibrio de poder en las relaciones laborales. Restringir la propaganda sindical por cualquier medio, no solo afecta a los trabajadores organizados, sino que empobrece la calidad democrática del entorno de trabajo. Su ejercicio efectivo fortalece el tejido social y contribuye al respeto de los derechos humanos en el entorno laboral.

Este, es uno de los temas de fondo que las organizaciones sindicales deben analizar y superar, este próximo 1 de mayo sería una buena oportunidad para festejar el Día Internacional del Trabajo con proyectos y acciones que en verdad trasciendan, evitando el uso de recursos en actividades que ya no tienen efecto positivo alguno y que sólo alimentan el ego de algunos dirigentes sin escrúpulos.

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