La velocidad con la que nos acercamos a las elecciones del 2 de junio empieza a mostrar el vértigo que revuelve acontecimientos y emociones. En la parte final de este maratón se agudizan las estrategias de polarización y todos los actores intervienen para echar el resto en las campañas, es decir, poner en la escena pública todas las “evidencias” para debilitar y atacar al contrario con todo. La violencia del crimen organizado está presente y todos los días se manifiesta; los mítines de campañas repiten las consignas por todos los territorios de conquista; la spotización aturde día y noche en radio y televisión; las redes calientan y marcan la pauta del choque. Se podría pensar que ya lo hemos visto todo, pero es muy probable que haya sorpresas en estos 25 días que presagian un clima de furia.

Pierre Rosanvallon habló de cómo las democracias atraviesan por una fuerte desconfianza por eso la presencia de la ciudadanía es para vigilar el poder. Uno de sus mecanismos es mediante observatorios independientes. En estos días se han dado a conocer dos documentos que ubican esa idea. Uno es el “Inventario Nacional de lo Militarizado”, un documento que muestra de qué forma se ha trasferido a las fuerzas armadas múltiples funciones civiles, como una estrategia que se inicia con Calderón, se profundiza con Peña Nieto y se incrementa de forma radical con AMLO. El análisis muestra cómo se lastima el marco constitucional, se altera la institucionalidad militar, se muestra que no sirve para una mejor estrategia de seguridad y se establecen las contradicciones entre democracia y militarización. En las campañas este tema ha estado muy poco presente en las narrativas y proyectos que se ofrecen para obtener el voto.

El otro documento es el Informe de la “Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de covid-19 en México”. El análisis ubica las debilidades del sistema de salud, los problemas de financiamiento, infraestructura, las comorbilidades, decisiones y políticas equivocadas, lo cual llevó a tener resultados trágicos como las más de 800 mil muertes en exceso, o las casi cinco mil muertes del personal de salud. A diferencia de la militarización, la salud sí ha sido un tema más visible en las campañas. En todas las ofertas políticas se hacen propuestas para mejorar este sistema que en los últimos gobiernos y, de forma particular en este sexenio, se ha agravado la condición crítica de un sistema de salud que no ha respondido a las necesidades del país.

Las encuestas y los debates son una parte muy notoria de las estrategias de campaña y de las narrativas de los candidatos. Las mediciones sobre la intención del voto se pueden desagregar entre la presidencial, los comicios locales y el Congreso de la Unión. Hay una enorme cantidad de encuestas que son propaganda, pero existen algunas confiables que miden a Claudia con una ventaja considerable sobre Xóchitl. Los debates han movido poco las tendencias, a ver qué pasa con el tercer por la Presidencia el próximo 19 de mayo, en donde el tema será la inseguridad. Por otra parte, las mediciones sobre la aprobación del presidente se mantienen altas, 60%, a pesar de que reprueba en tres materias importantes: economía (sólo aprueba 38%), seguridad (sólo aprueba 23%) y corrupción (sólo aprueba 28%); el único factor positivo son los apoyos sociales (aprueba 57%), (El Financiero, 2 de mayo 2024).

Uno de los ejes más importantes de una campaña es el contraste, pero en esta ocasión hay que agregar que venimos de varios años de una fuerte polarización que hoy se suma a esta campaña y ensucia fuertemente el clima político. Prácticamente todos los eventos de la vida pública son procesados por el filtro de la polarización y la campaña sucia, desde los 3 años de la caída del metro (línea 12); las muertes de candidatos, que Data Cívica lo llamó “Votar entre Balas”; hasta el abuso de poder por la publicación del expediente con documentos personales de Ma. Amparo Casar de “Mexicanos contra la Corrupción”, violando toda la legalidad sobre datos personales. Así funciona el molino de la polarización.

En estos 25 días que faltan para ir a las urnas hay que tomar aire para aguantar lo que nos espera por delante, porque puede ser muy desagradable…