Reaparece hoy mi columna Sin Ataduras, ahora en EL UNIVERSAL, después de un receso involuntario.

Agradezco al licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración y a don Juan Francisco Ealy Lanz Duret, Vicepresidente Ejecutivo y Director General, su hospitalidad al abrirme las páginas del periódico, en el que colaboré de 1998 a 2002.

La apertura editorial de EL UNIVERSAL es apreciada por los lectores, como lo demuestra el hecho de ser el diario mexicano más confiable y leído, de acuerdo con un estudio del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford.

Resultó inadmisible que desde el inmenso poder presidencial y con un vasto aparato de propaganda, Andrés Manuel López Obrador fustigó a disidentes arguyendo su propio derecho a la libertad de expresión. Sin duda, el presidente también tuvo derecho a expresar sus ideas pero no a coartar la de los demás.

AMLO presionó a medios independientes para que purgaran a periodistas críticos, abrió o cerró la llave de la publicidad oficial como premio o castigo y alentó una guerra de acoso en las redes sociales.

EL UNIVERSAL fue uno de los pocos medios que resistió los embates del poder, gracias al respaldo del público, y continuó firme en la misma línea plural de hace 55 años, mérito indiscutible de los señores Ealy.

Sin prensa libre la democracia muere.

El autoritarismo, sea de izquierda o de derecha, desprecia el papel de la prensa en el fortalecimiento de la democracia y trata de someterla para convertirla en un servil instrumento de propaganda para afianzarse en el poder.

Escribir la columna Sin Ataduras es un compromiso irrenunciable con mi conciencia y con los lectores, con nadie más.

El periodismo y la diplomacia no han sido meras ocupaciones de mi vida, han sido mi vida misma. Ejercer la libertad de expresión es una pasión y representar a México ha sido un alto honor.

En 1976 renuncié a Excélsior por el golpe de Luis Echeverría contra Julio Scherer García, pero nos levantamos. Fundamos la revista Proceso y el diario unomásuno, dirigido por Manuel Becerra Acosta, medios que dieron voz a la izquierda silenciada.

En el Servicio Exterior Mexicano también di batallas por defender un México democrático y tolerante.

Como Ministro de la Embajada en España, con la anuencia de la SRE y a solicitud del gobierno español, gestioné una reunión entre el líder opositor Cuauhtémoc Cárdenas con el viceministro de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias. Pero Carlos Salinas de Gortari ordenó mi inmediata salida de la representación en Madrid.

Años después, ironías del destino, expedí en la Embajada en Dublín un poder notarial a Salinas, expresidente enfrentado con el mandatario Ernesto Zedillo. Complicó la delicada situación la presencia en la residencia de mi huésped narcisista, hijo de quien fuera mi admirado jefe, don Jorge Castañeda el Bueno. Entonces, Zedillo instruyó mi remoción de Irlanda.

Tratar de ser coherente en la vida es duro y difícil. Me han derribado pero la satisfacción de hacer lo correcto, de levantarme con honra, siempre me impulsó a seguir adelante.

Hasta el próximo miércoles en Sin Ataduras.


Embajador de México en retiro y periodista X: @AGutierrezCanet

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