En las últimas décadas del siglo XX, la propuesta de ampliar el elenco de personajes al revisitar la historia cobró fuerza. Y muchas mujeres antes invisibilizadas se introdujeron por derecho propio a museos y galerías, a libros, escenarios teatrales y miradas de todo el mundo.
En ese contexto aparece el nuevo libro de Isabel Revuelta Poo, Hijas de la Historia. Las mujeres que construyeron a México, tomo 2, (Planeta). Inicia en la época prehispánica con un capítulo dedicado a la Reina Roja de Palenque. Después cuenta la historia de Tecuelhuétzin, una de las 300 mujeres que los señores de Tlaxcala entregaron a los españoles para afianzar su alianza. A ella le tocó unir su vida a Pedro de Alvarado, convertirse en Luisa Xicoténcatl y como muchas más, en interprete y traductora. Si el Lienzo de Tlaxcala recoge sus hazañas guerreras, Isabel nos cuenta su biografía y la de sus hijos Pedro y Leonor Alvarado Xicoténcatl, ejemplos del mestizaje temprano.
Del Virreinato, Isabel presenta una historia oculta entre archivos y documentos en las bóvedas del Archivo General de la Nación y resguardados gracias a Vicente Riva Palacio. Es la vida de Francisca Núñez de Carvajal y su familia y los juicios que emprendió en su contra el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Nueva España, a finales del siglo XVI. El destino aterrador de miles de inmigrantes españoles y portugueses como Francisca y cuatro de sus hijos aquí aparece junto con sus aportaciones a la cultura, la economía y el comercio.
Sigue Leona Vicario, ilustre habitante del libro de Isabel y del movimiento de la Independencia en México. De gran cultura y periodista pionera, esta mujer perteneciente a la élite criolla era ya, a los 19 años, una conspiradora convencida. Se casa con Andrés Quintana Roo, escapa del convento de Belén con imprenta y papel en su carruaje…
La biografía de las ocho mujeres que integran el libro son producto de una investigación rigurosa que se enriquece con reflexiones personales. La autora no idealiza a sus personajes femeninos, las retrata sin juzgarlas.
De la Reforma y el Segundo Imperio, comienza con Margarita Maza de Juárez. La suya es una historia de amor y el amor también es importante en la historia, como el dolor de la guerra, del exilio, de las pérdidas.
Carlota de Bélgica palpita en otro capítulo. Isabel nos cuenta su vida, desde la niñez, con Maximiliano, y hasta el final; su relación de pareja, sus ambiciones y luchas, también sus fantasías, hasta convertirse en Emperatriz de México. Se preocupó por los derechos de las comunidades indígenas y campesinas, por los obreros… y seguramente también por su marido que no compartía su habitación. Escribió: “A mí me gustan tres cosas: el peligro, el deber y causarme dolor”.
Juana Catalina Romero es la invitada en el capítulo dedicado al Porfiriato. Vendedora ambulante de cigarros, conoce a Porfirio Díaz en un salón de billar. Se convierte en su espía. Y luego, en cacique, benefactora en la educación de las niñas y gran empresaria que hizo de su tienda “La Istmeña” un emporio con el más grande surtido de telas en la región.
El libro cierra con la vida de una de los mujeres más interesantes y creativas del siglo XX y principios del XXI en México: Leonora Carrington.
Gracias a trabajos como éste, a investigadoras, escritoras y periodistas, fotógrafas, dramaturgas… que ponen luz en los rincones y grandes avenidas que nadie trazó en los viejos mapas, hoy cada vez más mujeres toman por asalto los estantes de las librerías, las manos de jóvenes lectoras y lectores… y la realidad misma.
adriana.neneka@gmail.com

