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El Partido Acción Nacional (PAN) arrancará hoy con su Consejo Nacional el proceso de renovación de la actual dirigencia que encabeza Marko Cortés, después de su peor derrota electoral, con un instituto “herido de muerte” en el que la disyuntiva es transformarlo a fondo, abrirlo a la ciudadanía o que este trance sea una simulación operada por “padroneros” y grupos de poder que lo llevarán a sus funerales.
Exdirigentes del PAN y politólogos expusieron a EL UNIVERSAL que el riesgo no sólo es elegir a un presidente del partido a modo que administre la derrota y que nada cambie, lo que llevaría al partido a pasar de ser un contrapeso al poder, de ser la principal fuerza opositora, a un instituto marginal que incluso pueda ser rebasado por Movimiento Ciudadano o fuerzas políticas emergentes.
Gustavo Madero, expresidente del PAN, urgió a los actuales dirigentes a tomar acciones radicales, con una autocrítica profunda donde reconozcamos que nos hemos extraviado y hemos perdido la confianza de los ciudadanos y el respaldo de la mayoría, a quien no hemos logrado convencer porque dentro del partido no tenemos prácticas democráticas.
“Estamos en un momento muy crítico en un país donde se está concentrando el poder en una sola fuerza política, lo que nos obliga como principal partido de oposición a recomponernos. De qué sirve criticar a un gobierno de autoritario, si al interior del PAN repetimos ese tipo de prácticas” reconoció.
Dijo que se requiere de una nueva manera de relacionarse con los ciudadanos, de generar nuevas adhesiones al partido, pero que no sean sesgadas, controladas para apoyar a un grupo o persona. “Eso es lo que ha fallado, se ha vuelto un coto de poder y ha dejado de ser instrumento de los ciudadanos”.
A la pregunta de si el PAN tiene posibilidades de recuperarse tras la derrota del 2 de junio, reconoció que “es muy complicado si se intenta una simulación, si se intenta un gatopardismo, será su última oportunidad. El PAN está herido de muerte, lo mismo que el PRI, pero tenemos un poco de mejor andamiaje, si lo sabemos aprovechar”.
Madero expuso que más que el dirigente, lo importante es actualizar la doctrina del PAN de cara a un país en medio de la pobreza, de la desigualdad, corrupción y violencia, con un gobierno populista que compra voluntades. El PAN debe decir y proponer algo mejor de lo que existe ahora. “No podemos repetir la liturgia de los fundadores que ya no conecta hoy”.
El reto, sostuvo, es decidir dónde se va a ubicar el PAN en el aspecto ideológico: Va a ser más de centro, más de derecha, más social, más doctrinario.
El analista político Alberto Aziz Nassif expuso que después de la derrota del 2 de junio el PAN tendría que realizar un balance y una autocritica de todos los errores que cometieron y el reto fundamental es ver cómo van a restructurar no sólo el partido, sino la oferta que ellos representan porque siguen siendo el partido de oposición más importante con una larga tradición.
El partido “tiene que redefinirse ante el nuevo gobierno y las propuestas que realizará la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Es un partido que se ha ido derechizando, que marginó a su ala de centro, liberal que era importante y el partido quedó en manos de grupos muy conservadores y eso redujo las posibilidades de generar una oferta y proyecto político más amplio y atractivo”.
Incluso, advirtió, si surge un partido nuevo que le dispute al PAN sus votantes, su espacio en el espectro político, el PAN estaría ante un dilema muy serio y en peligro, como le ocurrió al PRD frente a Morena.
Para Arlene Ramírez Uresti, analista política, el PAN vive un momento muy complicado y llega a esta renovación de la dirigencia “muy raspados después del 2 de junio, internamente debilitados en muchos frentes, sobre todo en la generación de cuadros nuevos, pero lo más preocupante para ellos debe ser el cuestionamiento ciudadano, la falta de credibilidad en oposición”.
Agregó que no entendió lo que le demandaba la sociedad mexicana y si bien tienen un voto duro muy consolidado, lo que ocurrió el 2 de junio en lo que eran bastiones panistas, “hoy les debe cimbrar y mover hacia la renovación, yo me atrevería a decir incluso de una nueva marca política”, advirtió.
El senador Damián Zepeda, quien expresó su intención de participar en el proceso para ser el próximo dirigente nacional, dijo que el partido vive “una crisis muy profunda” después de los comicios, por lo que la reunión del Consejo Nacional no debe ser un acto de simulación, de administrar la derrota, porque sería preparar “el funeral de Acción Nacional”.
“Desde 2018 se han tenido pésimos resultados, a la fecha hemos pasado de gobernar 11 estados a sólo cuatro. Hoy MC va a gobernar más población que nosotros a nivel estatal”.
“(...) más que una reunión del Consejo Nacional o de la Permanente que tienen un control fuerte de la dirigencia, lo que se requiere es una reflexión profunda, abierta, nacional, en donde verdaderamente vea qué fue lo que pasó y (...) lo que urge es que el partido se reinvente”, dijo.