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Productores insisten al gobierno federal en que es urgente cerrar la frontera de México a la importación de ganado proveniente de países de Centroamérica, y restringir la circulación de bovinos en entidades nacionales ya infectadas por el gusano barrenador, a fin de evitar una mayor expansión de la plaga.
Aunque las medidas son drásticas, veterinarios y ganaderos advirtieron que, de no aplicarlas, el avance del parásito podría magnificar el alcance de sus consecuencias sanitarias y económicas en América.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Carlos Lamothe, médico veterinario zootecnista de Veracruz, cuestiona la eficacia de las medidas implementadas por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) para enfrentar la plaga, al argumentar que la propagación del gusano continúa por falta de atención oportuna y por las medidas “laxas” aplicadas por el gobierno.
“Estados Unidos optó por el cierre tajante de sus fronteras para impedir riesgos, mientras que México mantiene las puertas abiertas a la importación. Es importante el cierre de fronteras desde Sudamérica y que se impida la circulación de ganado del sur al norte del país para que no se extienda más la plaga por el centro. Si es que ahorita están haciendo el protocolo correcto y siempre lo hicieron, entonces, ¿por qué llegamos a esto?”, plantea.
El también ganadero recuerda que México logró erradicar el gusano barrenador con la operación de una planta esterilizadora de moscas en Chiapa de Corzo, Chiapas, pero fue desmantelada cuando se consideró que la amenaza había terminado.
Ahora, afirma, el país depende de infraestructura insuficiente instalada en Centroamérica, incapaz de atender la magnitud de la demanda mexicana.
“Lo mejor hubiera sido haberlo hecho antes, pero si en estos momentos se radicalizan las medidas, aún sería oportuno. Estados Unidos ya construye una planta en Texas para generar un cinturón de protección; mientras tanto, nosotros tendremos una planta hasta 2026. De aquí a ese año estaremos llenísimos de plaga si no se actúa”, insiste.
Frente a este panorama, dice que el gobierno federal debe aplicar medidas radicales para salvaguardar a los estados donde no hay plaga o no tiene un gran avance: “Si no se toman decisiones firmes, el gusano avanzará al centro y al norte, y lo que hoy es un brote terminará siendo un problema nacional”.
Álvaro López Ríos, secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), informó que el ganado que entra a México de forma irregular por contrabando desde Nicaragua, Honduras y Guatemala asciende a 800 mil cabezas anuales que, alertó, pueden causar nuevas infecciones en territorio nacional.
En el peor de los escenarios, dijo, Estados Unidos podría postergar todavía más la apertura de la frontera a la importación de bovinos en pie desde México, hecho que generaría pérdidas millonarias que ya se ven reflejadas en la devaluación del precio del ganado.
“La entrada de bovinos extranjeros no sólo compromete la bioseguridad nacional sino que también devalúa el precio del ganado local hasta en 40% (...) donde la frontera con Estados Unidos permanece cerrada al ganado en pie mexicano. Se requieren acciones inmediatas como el cierre de la frontera sur al ingreso ilegal de ganado contaminado y detener la importación de ganado bovino de Sudamérica al representar riesgo sanitario ante la amenaza del gusano barrenador”, indicó el también activista por los derechos de los trabajadores agrícolas.
López Ríos señaló que la empresa SuKarne importó 5 mil bovinos desde Nicaragua, en un momento crítico en el esparcimiento de la plaga, acción que consideró riesgosa porque contribuye al ingreso de bovinos desde un país donde hay fuertes brotes de gusano barrenador.