En su paso por México, crean amigos, hermandades y se enamoran de connacionales o personas en movilidad. Cuando pasan varias semanas, la convivencia y actividades de recreación en albergues generan profundos vínculos y familias enteras, tal es el caso de la Casa del Migrante Arcángel Rafael.

“Se van creando lazos, esto no se ve cuando el flujo es muy rápido, dos o tres días, pues no se alcanzaban a conocer. Pero ahora que el tiempo de convivencia es mayor, hasta se enamoran. Tenemos casos en que llegan solos y se van en pareja, es bonito. Hay gente que ya se quedó a trabajar [en México], que vive por aquí cerca y todavía vienen a la casa a ver a sus amigos”, relató el padre Juan Luis Carbajal.

El director de la Pastoral de Movilidad Humana explicó que las despedidas también son muy emocionales: “Hay cariño en cómo se despiden y se ve cómo se lloran”.

Lee también:

Cuando un migrante está listo para continuar su camino, todos los integrantes le dan palabras de aliento, se toman fotografías y cenan juntos por última vez.

“Si alguien tiene el vuelo a las 10 de la noche o sale de casa, se junta toda la gente para despedirlos. Si tenemos una mujer embarazada, vi una mujer embarazada acá, se fue al hospital tres días y toda la comunidad bajó a recibir a la nueva criatura. Se tuvo que abrir la puerta, toda la gente estaba aplaudiendo y dándole la bienvenida”.

Lo mismo sucede en cumpleaños, navidades o días festivos: comparten pastel, rompen piñatas, cantan y se dan regalos cuando es posible. Los niños también se hacen amigos y lloran cuando tienen que partir, pues por mucho tiempo viven en las mismas habitaciones y comen en la misma mesa.

Lee también:

“En la Semana Santa ellos [los migrantes] participan y sí se impresionan de ver; por ejemplo, a los jóvenes caminando con grandes cruces. Dicen: ‘Padre, esto no se ve allá’. Van conociendo a los , dicen que la policía los tratan mal, pero la gente es buena. Se llevan una buena impresión de los mexicanos y de la comida mexicana, lo que es un reto porque muchos no comen tortilla o picante”, dijo entre risas.

Con dos años de funcionamiento, la casa forma parte de una red de misioneros de San Carlos, la primera se construyó en Tijuana hace 40 años, después se abrieron en Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Tapachula y Guadalajara. En marzo, Arcángel Rafael recibió a un grupo de 15 personas y el huésped más pequeño tenía 12 días de nacido.

Para que un albergue funcione, el trabajo en equipo es indispensable, quienes no salen a trabajar, van por frutas y verduras al mercado más cercano. Llegan a casa y las cortan para después congelarlas y hacer aguas frescas o ensaladas para todos los huéspedes, la mayoría originarios de Venezuela, Colombia, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Cuba, Ecuador y Perú.

Lee también:

“Esta construcción no fue hecha para unidades familiares, sino para tránsito inmediato, pero claro, una vez que se cancela el CBP One nosotros nos quedamos aquí casi con 25 o 30 personas varadas que ya tenían su aprobación. Algunos de ellos ya tenían el boleto de viaje para la frontera cuando llegó la cancelación”, explicó el padre.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Noticias según tus intereses