En una desangelada sesión solemne, la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (), , cerró el telón a una de las etapas más “adversas” del Poder Judicial de la Federación (PJF) para dar paso a una nueva era: la de los ministros del “acordeón”.

Con la ausencia de las ministras Lenia Batres Guadarrama y Yasmín Esquivel Mossa, y del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, así como de los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y de los consejeros de la Judicatura Bernardo Bátiz Vázquez, Eva Verónica de Gyvés Zárate y Celia Maya García, cercanos a la Cuarta Transformación, Piña Hernández rindió su tercer y último informe en el que se despidió diciendo que el “rumbo del país no puede depender del aplauso ni del agravio…”.

En un mensaje de una hora, en un salón de pleno en obra que está siendo acondicionado para los nueve ministros que entrarán en funciones el 1 de septiembre, Piña Hernández presumió los logros de su presidencia —que debió concluir en 2026— y subrayó que en los últimos dos años y medio la Judicatura trabajó sin descanso en condiciones de adversidad sin precedente.

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“Bajo el asedio, a pesar de las calumnias, la desinformación y la agresión sostuvimos con firmeza los pilares de la Constitución”, dijo.

Ante los ministros Juan Luis González Alcántara Carrancá, Loretta Ortiz Ahlf, Ana Margarita Ríos Farjat, Alberto Pérez Dayán, Javier Laynez Potisek, Jorge Mario Pardo Rebolledo y los ministros en retiro Eduardo Medina Mora, Luis María Aguilar Morales, Guillermo Ortiz Mayagoita, Margarita Luna Ramos, estos últimos invitados especiales, la ministra mencionó que nunca se respondió con “estridencias”, sino con sentencias que consolidaron derechos y fortalecieron el equilibrio entre poderes.

“No respondimos con estridencias; respondimos con sentencias. No apelamos nunca a la confrontación; apelamos a la razón, al diálogo y al derecho, que es la manera que las sociedades han desarrollado para resolver sus problemas y diferencias, con justicia, respeto y objetividad”, reviró.

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En clara referencia a los nuevos perfiles que integrarán el Poder Judicial, a partir del próximo lunes, Piña Hernández refirió que está convencida que la justicia en México es una necesidad que debe atenderse con sensibilidad y con un amplio compromiso social.

Sin embargo, consideró que esa sensibilidad “no es incompatible con la exigencia técnica ni con lo que nuestras leyes establecen, y menos con lo que nuestra Constitución mandata. Al contrario, ello debe exigirse de quienes juzgan.

Añadió: “Sólo la excelencia jurídica, la argumentación sólida, la motivación exhaustiva, la coherencia doctrinal y la sujeción al precedente generan certeza jurídica”.

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Piña Hernández afirmó que ayer solamente concluyó una etapa en el Poder Judicial de la Federación, mas no la misión, pues “la ley fundamental permanece, los derechos reconocidos por ella permanecen; pero aún existe una enorme deuda con su pleno ejercicio”.

“El rumbo del país no puede depender del aplauso ni del agravio, sino, como lo he sostenido, de trabajar hombro con hombro para hacer realidad los fines del proyecto nacional contenidos en nuestra Constitución”, enfatizó.

“Cumplido el objetivo de esta sesión solemne, procedo a levantar esta última sesión de la integración de esta honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se levanta la sesión”, dijo la ministra dando su último malletazo ante el pleno y desencadenando un minuto de aplausos por parte de los presentes.

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Laynez exhibe a Batres

En este marco, también se rindieron los últimos informes de la Primera y Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que a partir del próximo lunes desaparecerán.

Durante su intervención, el ministro Javier Laynez Potisek señaló que las labores en la Segunda Sala se complicaron con cuatro integrantes, debido a la terminación del periodo del ministro Luis María Aguilar Morales, en noviembre del año pasado, y evidenció a la ministra Lenia Batres Guadarrama.

Explicó que en su gestión al frente de la Segunda Sala se resolvieron 720 asuntos y se regresaron 47 a la Secretaría General de Acuerdos, de los cuales 36 eran expedientes de Batres Guadarrama, quien hoy rendirá su informe de gestión en el Museo de la Ciudad de México.

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“Eso significa que estamos regresando a la Secretaría General de Acuerdos de la Suprema Corte, únicamente 47 asuntos pendientes. Cinco, el ministro Alberto Pérez Dayán, cuatro asuntos míos, dos asuntos de la ministra Yasmín Esquivel y 36 (...) de (...) Lenia Batres”.

En tanto, al rendir el informe de la Primera Sala, la ministra Loretta Ortiz Ahlf dijo que “no esperamos a que la historia nos juzgue, la historia se escribe con cada decisión que tomamos aquí y ahora, y su verdadero éxito no estará en los libros del mañana, sino en la vida de quienes hoy encuentran en esta Corte la certeza de que su voz al fin es escuchada”, en referencia a lo dicho la semana pasada por la presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña Hernández, quien afirmó que la “historia juzgará a quienes juzgamos”.

Así concluyó una sesión en la que hubo intercambio de mensajes de los ministros, momentos de reflexión y aplausos que pusieron punto final a una etapa de 30 años del PJF, la de la llamada “época neoliberal”.

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