Roma.— Las oraciones funcionaron, la vida del papa Francisco ya no corre peligro inminente por la neumonía que lo aqueja, esto gracias a los fieles de todo el mundo que con intensidad piden a Dios que la salud del jerarca católico mejore, piensan peregrinos mexicanos que visitan la Basílica de San Pedro en Ciudad del Vaticano, Roma.
“Queremos que sane, verlo caminando otra vez, en misa. Planeamos venir para estar con él, aunque está enfermo y es una pena, pero pronto estará de nuevo con nosotros.
“Es gracias a nuestras oraciones que él pudo sanar. Pronto va a salir del hospital y estará, otra vez, repartiendo bendiciones para el mundo tan difícil en el que hoy vivimos”, asegura a EL UNIVERSAL María de Jesús Navarro, originaria de La Barca, Jalisco, en México.
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A más de 25 días de que el catolicismo se mantiene en vilo por el grave estado físico de Su Santidad, los rosarios continúan, sin falta, en la Plaza de San Pedro, todos los días a las seis de la tarde.
Minutos antes de que suenen las campanas de llamado a oración, decenas de peregrinos, padres, monjas, fieles italianos y jóvenes, se concentran frente a dos pantallas instaladas ante las Puertas Santas donde se transmite el rezo del rosario por cardenales. Entre los asistentes hay varios mexicanos.
“Si yo lo tuviera enfrente le daría un abrazo apretado, es una persona maravillosa, divina, la representación de Dios mismo en la tierra, por eso debe sanar y nosotros queremos ayudarle con nuestros buenos deseos y peticiones para que tenga una vida larga”, añade la señora María.
Las muestras de cariño no se limitan a oraciones, en la entrada a Ciudad del Vaticano seminaristas colgaron una enorme manta con el retrato del papa Francisco, mismo que enmarcaron con globos de helio en forma de corazón y mensajes de cariño en espera de que se recupere. “Ti voglio bene, Papa Francesco. Buona guarigione”, le expresan.
El amor avivó los apasionamientos católicos que se muestran, principalmente, fuera del Policlínico Universitario Agosttino Gemelli, donde los fieles mexicanos, extranjeros y nativos colocaron un altar adornado con cientos de velas rojas estampadas con el rostro de Jorge Mario Bergoglio, flores, cartulinas, cartas y peluches a los pies de la estatua del papa Juan Pablo ll.
En mayo de 1981, tras una operación de seis horas, esta institución médica salvó la vida del exmandatario de la jerarquía católica Karol Józef Wojtyła después de ser víctima de un intento de asesinato. Hoy los fieles anhelan que la hazaña se repita.
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“Todo el mundo estaría triste si el Papa fallece. Es una buena noticia que esté mejorando y ojalá que todo lo que esté pasando en estos días de sufrimiento sea por su mayor bienestar. Todos estamos en oración por él, está en nuestros pensamientos y en nuestros rezos”, dice Mayra Minakata, también mexicana de Guadalajara, Jalisco.
La doctrina impartida por Su Santidad es liberal, consideran los peregrinos mexicanos. Sin embargo, su forma de enseñar el catolicismo hizo que millones de jóvenes de todo el mundo se interesen por esta creencia y la prueba está, aseveran, en que este 2025, que es el año jubilar, miles de adolescentes acudieron al Vaticano.
Al caminar frente al Palacio Apostólico los peregrinos levantan la cabeza, luego su mano y con el dedo índice apuntan a la ventana del extremo derecho del edificio donde el Papa Francisco acostumbraba asomarse para saludar a turistas que acuden a escuchar el Ángelus. Lo mismo jóvenes que adultos y personas de la tercera edad.
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Tras el anuncio de la leve mejoría de Su Santidad, la Plaza de San Pedro quedó casi vacía en comparación con los días anteriores en que miles de personas se congregaban en espera de una mala noticia.
Aún hay llanto, pero es de júbilo, dice María de Jesús Navarro quien, con lágrimas, promete que seguirá en oración por la mejoría de la cabeza del Vaticano.
“Gran Jorge Mario, la realidad es que la sanación toma tiempo, pero tú estás ahí y pronto sanarás. Estás siempre y en todas partes”, expresa Giuseppe Antonio Peratzo, un italiano jubilado de 75 años, quien asiste al lugar vestido de traje y corbata para demostrar su respeto a la investidura de la jerarquía católica.
El hombre coincide con otros entrevistados por EL UNIVERSAL en que los padecimientos que aquejan al Papa son propios de su edad, que tal vez demorarán en desaparecer, pero que pronto le permitirán recorrer el recinto nuevamente.
Los peregrinos mexicanos esperan que Jorge Mario Bergoglio sea dado de alta pronto. Mientras ondean la bandera nacional en la Plaza de San Pedro, toman un lugar en los asientos colocados para escuchar el rosario, repiten las oraciones en latín que pronuncian los cardenales y juntan las palmas de sus manos para orar por la salud del Papa.