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“Cada vez que regreso me vuelvo una extranjera en el lugar en el que nací”, dijo a EL UNIVERSAL Audrie, una maestra que residía en la colonia Del Valle en la Ciudad de México, sitio donde creció y vivió durante más de 20 años, pero que, a raíz de los altos costos de la vivienda y el ruido tanto de las constructoras aledañas a su edificio, como de los nuevos vecinos extranjeros, decidió empacar y mudarse a Puebla.
De acuerdo con Federico Taboada, titular del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, al año casi 100 mil personas son expulsadas de la urbe debido a la falta de solvencia económica; sin embargo, está población sigue laborando y consumiendo servicios básicos en la Ciudad de México. “En promedio, las personas pasan 56 días en el transporte público, cuando trabajan en la Ciudad y viven fuera de ella”, comentó.
Por esta situación y derivado de que su trabajo lo permitía, Audrie tomó la decisión de marcharse del lugar que la vio nacer.
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“Donde yo solía vivir era un edificio de los que fueron pioneros, era un lugar muy tranquilo. Cuando llegó la parte de construcción nueva, de edificios más grandes y numerosos me tocó la mala suerte de que en ese momento de la pandemia yo daba clases y había mucho ruido por la construcción e incluso nuevos vecinos jóvenes que vivían en la zona tenían fiestas en la madrugada; así que tomé la decisión de que por estrés y salud mental me tenía que ir de la Ciudad”, detalló Audrie, quien ahora lleva tres años viviendo en Puebla.
El doctor Adrián Hernández, sociólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) compartió que las personas que viven en barrios en proceso de gentrificación experimentan varias problemáticas: “El precio de la vivienda es cada vez más caro, el predial sube y eso genera una presión que puede implicar su desplazamiento del sector donde viven”, advirtió.
En palabras del titular del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, “hay colonias que tienen una clara tendencia de gentrificación como Polanco, Roma, Condesa, Del Valle, Narvarte, pero tienen un factor en común, una muy buena proveeduría de servicios, tienen equipamientos públicos próximos, están cerca de zonas turísticas y tienen una muy buena cobertura del transporte público”.
Cada vez que regresa a casa de sus padres, Audrie es testigo de cómo ha cambiado todo; “veo la imposibilidad de volver”, dijo y agregó que antes había comunidad en la colonia y ahora ve la vida muy acelerada en una zona que, destacó, está llena de departamentos y de oficinas.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México viven 126 millones 14 mil 24 personas. En la capital, sin contemplar la zona conurbada, residen 9 millones 209 mil 944 capitalinos, es decir, 7.3% de la población nacional.
Pese a las cifras, el arquitecto Taboada mencionó que la oferta de vivienda en la Ciudad es muy pequeña, su densidad muy alta y esto es gran parte del problema.
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“El desplazamiento de gentrificación se debe a que la oferta de vivienda en la Ciudad es muy baja, al año se construyen entre cuatro mil y seis mil viviendas y la demanda es de 70 mil”, subrayó.
El pasado 12 de septiembre el Gobierno de la Ciudad de México arrancó en la colonia Doctores las obras del primer proyecto de vivienda social en renta para jóvenes de la Ciudad de México, proyecto que según el jefe de Gobierno, Martí Batres, es una medida contra la gentrificación.
El futuro inmueble albergará 158 viviendas de 40, 50 y 60 metros, con costos de renta de entre 2 mil 500 y 5 mil pesos al mes, y estará ubicado en el número 105 de la calle Doctor Lavista.