Puebla, Pue.— Al recordar y pedir justicia para los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados en 2022 en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua, en el Diálogo Nacional por la Paz se llamó a elaborar una agenda para construir la paz, ante la “situación delicada de la violencia en México”.
En la inauguración en la Universidad Iberoamericana de Puebla, monseñor Víctor Sánchez, arzobispo del estado, refirió que con esta agenda “se iniciará un proceso de diálogo con los futuros candidatos oficiales a la Presidencia de la República” y aspirantes a otros cargos para el proceso electoral de 2024.
“Tratando de buscar compromisos para emprender otros caminos distintos a la actual estrategia de seguridad en el país”, enfatizó.
Se exigió al Estado adoptar una política integral de pacificación y a los delincuentes que “Dios les toque el corazón”. Se apuesta por la reconstrucción del tejido social, hablando desde el dolor y la esperanza: “Estamos con México, con la Iglesia, estamos con las víctimas y quienes sufren”, manifestaron los asistentes.
Mario Patrón, rector de la Universidad Ibero Puebla, indicó que sólo la reconciliación y el diálogo sincero y comprometido permitirán “revertir el mal común” y construir puentes de fraternidad que hagan viable el triunfo de la paz en México, “que sólo será efectiva y duradera si se sostiene desde las bases de nuestra sociedad y se pone en el centro la dignidad y el dolor de las víctimas”.
Señaló “fallas propias” y “adeudos históricos” que cargan instituciones civiles y religiosas “derivadas de nuestra demora, tibieza e ineficacia para hacernos cargo de los clamores de la realidad.
“Lo que pedíamos para estos dos sacerdotes y para esos dos laicos, era justicia para ellos, y seguridad y paz para el pueblo de Cerocahui, pero nos hizo caer en la cuenta que nuestra exigencia no podía reducirse a un poblado, antes que ellos, miles de hermanos piden y siguen pidiendo esa misma justicia, seguridad y paz que pretendíamos”, subrayaron.
Eduardo Guerrero Gutiérrez, director de la plataforma Lantia Intelligence, propuso un tratado de seguridad para América del Norte porque “esta crisis ya se salió de control” y el país necesita “un empujoncito”.
Precisó que es tiempo de tomar ventaja de la vecindad con Estados Unidos por su tecnología y capacitación en el tema, pero sin intervenir en nuestro país: “Nos pueden capacitar, dar tecnología de punta, asesorar en intervenciones de alto perfil para desarticular al Cártel Jalisco y al Cártel de Sinaloa, a todos estos grupos que son de corte militar, por eso las policías no pueden contra ellos y además tienen muchísimo poder económico”, apuntó.
Explicó que el país necesita ayuda contra la violencia, por lo que ya se acercó a funcionarios de la Embajada de Estados Unidos, intelectuales y empresarios: “Lo ven muy bien, estoy platicando con empresarios, y pensé que a lo mejor habría un rechazo, pero el planteamiento como es trilateral, lo hace procesable políticamente, y como ya vimos que el Tratado de Libre Comercio funcionó, pues un acuerdo de seguridad no se oye mal”, declaró.
“Llevamos tres gobiernos: PAN, PRI y Morena y ninguno pudo porque es un tema técnico que necesita más, un tema de capacidades, recursos, tecnología que no tenemos y necesitamos importar. Requerimos de policías y soldados acreditados y certificados que reciban la inteligencia que tiene Estados Unidos de los cárteles de México, porque ellos sí tienen infiltrados, y que tengamos información sobre cuáles son los blancos prioritarios que generan más violencia e ir contra ellos”, destacó Guerrero en el dialogo convocado por las conferencias del Episcopado Mexicano, y de Superiores Mayores de México, la Dimensión Episcopal para los Laicos y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.