Los ánimos en la audiencia de anoche en la que se determinó que el exdirector de Pemex siguiera preso por el caso Odebrecht, llegaron al grado de que Emilio Lozoya Austin exigió a la Fiscalía General de la República (FGR) no referirse a su madre, Gilda Margarita Austin y Solís, como delincuente.
Durante el debate de casi doce horas en la sala de audiencias del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte, el representante de la FGR, Manuel Granados, se lanzó contra la mamá, hermana y esposa de Lozoya, a quienes señaló de formar parte de la red de apoyo al exfuncionario para ocultar los presuntos sobornos de la constructora brasileña.
En su exposición el fiscal recriminó duramente a Lozoya, sentado en el banquillo de los acusados, haber incluido a su mamá en la triangulación de los fondos presuntamente obtenidos de los sobornos de la constructora.
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Pero Granados fue más allá y reveló en la audiencia que la señora Gilda Margarita Austin y Solís, Gilda Lozoya Austin (hermana) y Marielle Helene Eckes (exesposa de Lozoya) cuentan con órdenes de aprehensión vigentes por este caso de presunta corrupción, al que definió como el más emblemático de la pasada administración y de América Latina.
Incluso, acusó a Emilio Lozoya de mentir ya que en la audiencia se refirió a Marielle Helene Eckes como su esposa cuando ante los órganos jurisdiccionales presentó un acta de divorcio expedida por las autoridades alemanas. “El señor Lozoya miente y seguramente esta acta de divorcio es falsa”, reprochó.
En su oportunidad, y visiblemente molesto, el exdirector de Pemex respondió al fiscal Manuel Granados que no se refiera a su madre como una delincuente y le pidió ser cuidadoso con el lenguaje cuando hablan de los presuntos sobornos de Odebrecht.
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Asimismo, exigió a Pemex, UIF y a la FGR que no se le acerquen en lo “oscurito” para un acuerdo reparatorio, toda vez que en la audiencia se reveló que inicialmente le pidieron 30 millones de dólares para el criterio de oportunidad que lo llevara a la extinción del proceso penal en su contra.
“No se me acerquen en lo oscurito, no hable de mi madre como delincuente. Si tiene dudas sobre el acta de divorcio, denuncie ¿o lo va a seguir sumando a sus actos de coacción?” reviró Lozoya al fiscal.
“La UIF citó a mi papá y le dijeron 'no le va a gustar lo que le voy a decir, pero ahora son 30 (millones)” de dólares.
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“El lenguaje también, yo le pido que sean cuidadosos en el uso del lenguaje, hablan de sobornos cuando no era funcionario público ¿cómo se soborna a alguien que no es servidor público?”, añadió.
Acusó que la FGR, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y Pemex no han pedido la sentencia en el caso Odebrecht, porque, dijo, “es notorio y más sorprendente usar la prisión preventiva en términos económicos, para ver qué pueden obtener de mí y mi familia”.
Y sentenció: “Este caso es muy triste, creo que nuestro país merece más, es un caso de extrema injerencia política, muy grave, en la FGR, Pemex y la UIF, pero se les va a acabar todo porque no habrá criterio de oportunidad, pelearé por mi inocencia”.
Durante la audiencia, el juez de Enjuiciamiento, José Rivas González, quien sustituyó a Gustavo Aquiles Villaseñor, quien está de vacaciones, se decretaron tres recesos, uno de los cuales fue para bajar los ánimos entre la defensa de Lozoya y los fiscales de la FGR.
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