Hablar del Rancho Izaguirre es indispensable porque el silencio es la forma más eficaz de borrar a las víctimas y de permitir que las barbaries se repitan, sostiene la periodista de investigación y cofundadora de Opinión 51, Sandra Romandía, en entrevista con .

Este caso que conmocionó al país, ocurrido en , , y descubierto a principios de marzo tras labores de rastreo del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, es la materia prima del libro “Testigos del horror”, que contiene, además de datos duros, relatos y testimonios de las víctimas de reclutamiento forzado.

“Es un libro que yo nunca hubiera querido escribir, pero hacerlo era mi deber con las víctimas y, de alguna manera, con el país. Hay que tener memoria y dejarlo en memoria escrita. Es un recordatorio de lo que pasó ahí, y que no debe quedar enterrado en el silencio”, explica Romandía.

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De acuerdo con la periodista, que tiene experiencia en coberturas de casos de corrupción y de violencia, en el tema del Rancho Izaguirre encontró una “crudeza” que nunca había visto antes, y la “normalización” de un infierno ante un Estado “que le dio la espalda a las víctimas”.

Así nació esa “necesidad periodística” de ir más a fondo en la historia, ante una sospecha, que afirma ya haber confirmado, de que los gobiernos federal y estatal buscan que no se hable más del tema, que pase a segundo plano.

Entrevista con Sandra Romandía a propósito de su libro “Testigos del horror, la verdad que se quiso ocultar en el Rancho Izaguirre”. (18/09/2025). Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL
Entrevista con Sandra Romandía a propósito de su libro “Testigos del horror, la verdad que se quiso ocultar en el Rancho Izaguirre”. (18/09/2025). Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL

Expone atrocidades y complicidades

“Algunos testimonios refieren que les hacían comer restos de carne de los cuales no identificaban su origen. Otros testimonios de redes sociales mencionan que les hacían comer corazones humanos. Otros más, que son clave y que están en el libro, mencionan que les hacían demostraciones de cómo sacar el corazón de las personas para comérselo”, narra Romandía sobre las atrocidades en el Rancho Izaguirre.

Lo anterior, dice, es una muestra de la frialdad ante la muerte en el reclutamiento del crimen organizado y una deshumanización hacia las víctimas.

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Todos los señalamientos, investigaciones y testimonios apuntan al . Sin embargo, la periodista indica que personas de la Fiscalía de Jalisco y otras corporaciones municipales podrían sostener una red criminal que iba desde Tala hasta Puerto Vallarta.

“Algunos de los sobrevivientes no reconocen bien de dónde eran los policías, pero sí que había policías coludidos. Y algunos también mencionan lo fácil que era para los comandos y para los capos doblegar a las autoridades estatales”, agrega.

Imágenes sobre restos de ropa y zapatos hallados en el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco. Foto: Fiscalía de Jalisco
Imágenes sobre restos de ropa y zapatos hallados en el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco. Foto: Fiscalía de Jalisco

Denuncia irresponsabilidad institucional en visita al Rancho Izaguirre

En el Rancho Izaguirre fueron encontrados tres crematorios clandestinos, pilas de ropa y zapatos, así como objetos de santería, estos fueron descubiertos el pasado 5 de marzo por el colectivo de Guerreros Buscadores, quienes acudieron al lugar tras una llamada anónima.

En aquel mes, 15 días después de haber sido encontrado el rancho y poco antes de que la investigación fuera tomada por la Fiscalía General de la República (FGR), el fiscal y las autoridades de Jalisco hicieron una invitación abierta para visitar el lugar.

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Aquello, considera la periodista, se convirtió en un “teatro”, luego de que madres buscadoras, periodistas y diversas organizaciones en el país consideraron “una burla” la falta de organización e información que proporcionaron las autoridades en aquel encuentro dentro del sitio.

Sandra Romandía fue una de las investigadoras que logró ingresar al rancho y describe que “no hubo ningún tipo de protocolo para cuidar toda la cadena de posibles evidencias forenses”, como lo fueron restos óseos y pertenencias personales.

Agrega que: “fue una burla para los colectivos de madres, pero también los periodistas, pues de alguna manera pudimos darnos cuenta de que si con ese desdén se trataban a las víctimas y posibles evidencias, pues qué podíamos esperar dentro de las oficinas donde se tienen que seguir las investigaciones”.

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Tras acudir a esta visita en el rancho, agrega, colectivos buscadores mostraron su descontento diciendo que fue “una burla, un teatro y una simulación” para las víctimas “dar un tour como si fuera un museo o la locación de una película”.

Durante la visita, la Fiscalía de Jalisco dispuso que entrarían grupos de 10 en 10 y solo podrían estar 20 minutos en un recorrido guiado, sin embargo, agentes de la Policía Investigadora y de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas resguardaban el sitio, pero nadie ofreció una explicación de los trabajos que realizaban.

La visita al Rancho Izaguirre “puso en riesgo evidencias, se contaminó el sitio y mostró la falta de seriedad que se abordó para un caso que debido haberse tratado como un crimen de lesa humanidad“, comenta Romandía.

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Entrevista con Sandra Romandía a propósito de su libro “Testigos del horror, la verdad que se quiso ocultar en el Rancho Izaguirre”. (18/09/2025). Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL
Entrevista con Sandra Romandía a propósito de su libro “Testigos del horror, la verdad que se quiso ocultar en el Rancho Izaguirre”. (18/09/2025). Foto: Juan Boites / EL UNIVERSAL

Persiste opacidad en la investigación

A pregunta expresa sobre los avances de la investigación del Rancho Izaguirre, la autora de “Testigos del horror” comparte que la FGR ha dado muy poca información sobre el tema, pese a que se comprometieron a ser transparentes e informar los detalles de la investigación.

El progreso de la investigación, a poco más de medio año del hallazgo de este rancho en Teuchitlán, sigue siendo poco claro. Lo que se conoce hasta ahora es la condena de 10 personas implicadas en un operativo dentro del lugar en 2024, la detención del presidente municipal de Teuchitlán, José Murguía Santiago y la aprehensión de varios elementos policiales implicados en el primer operativo del 2024.

"Lo que estoy escribiendo es todo un sistema que operó como tal durante años, frente a la omisión del Estado en el que murieron muchísimas personas", expresa la periodista.

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La columnista añade que los avances que conocemos públicamente son “muy, muy escasos” y por el tiempo que ha pasado, afirma, ya debería ser mucho más claro cómo es que llegaban las personas al rancho.

En su libro recaba testimonios inéditos, como que la mayoría de las personas que llegaban al lugar lo hacían mediante ofertas laborales engañosas y posteriormente eran privadas de su libertad y reclutadas por el CJNG.

Las pilas de ropa, zapatos y objetos personales hallados en el rancho fueron resguardados por la FGR y, hasta la fecha, los colectivos de madres buscadoras no han podido ver personalmente lo que pudiera ser una esperanza en el caso de sus desaparecidos.

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Objetos personales hallados dentro del Rancho Izaguirre. Foto: Archivo
Objetos personales hallados dentro del Rancho Izaguirre. Foto: Archivo

“Las madres buscadoras abrieron el camino”

El libro “Testigos del horror” existe gracias a que abrieron el camino cuando el pasado 5 de marzo encontraron prendas, recibieron testimonios y localizaron restos humanos, afirmó la periodista Sandra Romandía.

La periodista pide un mayor reconocimiento a las personas que buscan a sus seres queridos, ya que sus hallazgos han sido “prueba contundente” para narrar la realidad del país.

“Estos colectivos están sosteniendo la memoria y nos están obligando a no mirar hacia otro lado. Yo lo que busco es poner en palabras lo que el Estado no quiere escuchar”, asevera la investigadora.

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Además, piensa que es grave que actores políticos, sea cual fuere su partido, minimicen el caso del Rancho Izaguirre diciendo que es “exageración” o “manipulación mediática”, situación que, considera, denota una falta de empatía desde el poder y es una revictimización.

“Este oficio no es sólo registrar hechos, sino custodiar la memoria y atar cabos para contar una historia completa que le sirva a la sociedad. El tener acceso a testimonios de sobrevivientes que cuentan cómo tuvieron que matar a sus compañeros para seguir vivos, además de entender la realidad del país, te hace cargar con un peso de responsabilidad”, considera.

Enfrentar el horror de cerca, asegura, sirve para recordar que cada palabra escrita lleva un peso humano y que el periodismo no se limita únicamente a informar, pues permite remover conciencias y establecer temas éticos.

Madres buscadoras de diferentes estados del país recorrieron el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, el 20 de marzo de 2025. Foto: Diego Simón Sánchez/EL UNIVERSAL
Madres buscadoras de diferentes estados del país recorrieron el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, el 20 de marzo de 2025. Foto: Diego Simón Sánchez/EL UNIVERSAL

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